La crisis por la que está atravesando Venezuela preocupa a la opinión continental por las consecuencias que puede tener, al resolverse de una u otra manera. Por eso, hay quienes piden defender la democracia en aquel país, para que de esta manera el Gobierno actualmente en el poder siga gobernándola; mientras, otros, más cautos, únicamente miran de lejos y quieren tener más elementos de juicio, para tener una opinión certera al respecto. De todos modos, pensando en el contenido que debe tener la democracia, se ve que ésta reúne un conjunto de condiciones para que un Gobierno sea, realmente, democrático, y no se autodenomine como tal por el solo hecho de haber obtenido la mayoría de votos en las elecciones.
En primer lugar, ese Gobierno debe respetar la pluralidad de opiniones, la división de poderes, que administran las diferentes facetas del acontecer político, social y económico, etc. Eso significa que la organización del Estado debe estar repartida entre Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial; y ninguno de ellos se inmiscuye en las actividades del otro, lo cual no quiere decir, claro, que no coordinen acciones en sí.
Desgraciadamente, la historia de Latinoamérica está llena de interferencias, generalmente del Ejecutivo, porque éste tiene en sus manos la administración de la fuerza pública: Ejército y Policía, y, además, cuenta con los recursos económicos que le permiten torcer conciencias para imponer sus criterios.
Cuando no se quiere escuchar las voces de la crítica; cuando la oposición no puede sino patalear en el Congreso nacional, porque éste no tiene competencia para criticar, y menos enmendar Decretos, y otras actitudes del Gobierno, como sucede en Venezuela desde que el presidente Chávez obtuvo la capacidad de gobernar sin necesidad de que sus actos puedan ser vigilados por el Parlamento, reuniendo de esta manera un poder omnímodo en sus manos, se ha roto el equilibrio del Estado.
Además, cuando el periodismo se encuentra con graves problemas para cumplir con su tarea de informar a la opinión pública, porque, si lo hace es tildado de cualquier cosa y se cierra periódicos y cadenas de TV, para evitar criterios contrarios a la opinión del Gobierno; cuando se informa únicamente aquel aspecto que le conviene al Gobierno, como se puede advertir al escuchar las noticias actualmente difundidas por los canales del Gobierno venezolano, que se capta en el cable, en nuestro país, y se las compara con la información de otras fuentes; cuando, paralelamente a las Fuerzas Armadas se forman grupos de matones para reprimir a la oposición y a las manifestaciones de estudiantes, etc.; cuando no se cumple con la Constitución en vigencia, que garantiza la protesta pública, y se la reprime porque no ha sido autorizada por la autoridad; cuando los civiles opositores son detenidos en cárceles militares, sin haber cometido crimen militar alguno, o estar ese país en guerra internacional o bajo Estado de Sitio como sucede con Leopoldo López, por ejemplo; cuando se allana violentamente, sin orden judicial alguna, los domicilios de personas de las cuales se sospecha que están organizando las manifestaciones que se producen en Venezuela, etc., ¿se puede hablar de democracia?
Por otra parte, la situación económica de aquel país parece que ha salido de control del gobierno, que se siente impotente para garantizar la seguridad alimentaria de su ciudadanía, debido al desabastecimiento generalizado, lo cual ha llevado a mucha gente a la desesperación porque no pueden conseguir lo necesario para vivir decentemente, y las ha empujado a las calles para hacer oír sus demandas.
A eso se suma la denuncia del presidente Maduro de que el costo económico de la protesta venezolana llega a los diez mil millones de dólares de pérdida, que, indudablemente ha de repercutir en su economía, a corto plazo; y, claro, ha de producir mayor crisis con mayores consecuencias sociales. ¿Se continuará reprimiendo a los manifestantes con la misma violencia que ahora se emplea? ¿Se continuará gastando dinero por parte del Gobierno para que las fuerzas policiales y no policiales se enfrenten a los manifestantes? ¿Hay, pues, una real democracia en aquel país?
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |