El informe preliminar de solo 56 municipios, de los 70 que fueron afectados en total, dan cuenta que los desastres climatológicos dejaron en el departamento de La Paz, 43.704 familias damnificadas, 1.677 viviendas destruidas, 24.663,21 hectáreas de diferentes cultivos, 365.484 animales afectados y 67 tramos carreteros en mal estado.
Mientras el reporte de los otros 14 municpios aún no se conocen, se sabe que de las 20 provincias del departamento de La Paz, 19 tienen más de la mitad de sus comunidades afectadas, tanto en los Yungas, el trópico y el altiplano, siendo que no sólo las lluvias, inundaciones y deslizamientos causaron estragos en las poblaciones, sino que en otras localidades las heladas y el granizo también provocaron problemas.
En este sentido, serían 39.587 las familias que fueron afectadas por las intensas lluvias en las provincias de Gualberto Villarroel, Inquisivi, Omasuyos, Ingavi, Pacajes, Muñecas, Camacho, Loayza, Manco Kapac, Bautista Saavedra, Aroma Abel Iturralde, Sud Yungas, los Andes, Franz Tamayo, Murillo, Larecaja y Caranavi. Siendo los más afectados, los municipios de La Asunta, Alto Beni, Palos Blancos, Ixamas, Guanay, donde 21.581 familias fueron damnificadas.
En cuanto a heladas y granizadas, estas han afectado a 4.117 familias en las provincias de José Manuel Pando, Aroma y Pacajes, Omasuyos, Los Andes y Murillo que fueron afectados por ambos eventos climatológicos.
Sin embargo estas familias, no sólo sufrieron afectaciones a nivel personal o de viviendas si no que 24.663,21 hectáreas de cultivos de papa, habas, quinua, frutales, café, cítricos, cacao, plátano, arroz y diferentes hortalizas, también se perdieron, para lo que se prepara el aprovisionamiento de semillas y plantines para la reactivación productiva del lugar.
“La recuperación será lenta y muy difícil, sobre todo en la producción de cultivos, donde se tarda alrededor de un año en recuperar un ciclo agrícola, y en el caso de los cítricos se tardará tres años”, dijo el director de Alerta Temprana y Prevención de Riesgos, Hilarión Callisaya.
Si bien, se ha ido reestableciendo los servicios básicos en muchas de las poblaciones, por los informes presentados, se pueden ver que hay localidades en las que ya no se podrá reestablecer el sistema de electrificación, como en San Fermín, donde la electricidad ha sido cortada y se ha perdido hasta los postes del tendido eléctrico, por lo que se implementará paneles solares a través de un proyecto presentado por su municipio.
“Al momento, tenemos 90 proyectos de reparación y reconstrucción de los municipios y siguen llegando, lo que va a hacer que las cifras en cuanto a daños y montos de dinero destinados para la reconstrucción vayan subiendo”, señaló Callisaya.
También se están reubicando a las familias que vivían a orillas del río, siendo que ya no puede construirse casas en lugares de riesgo, por lo que desde la gobernación se ha instruido a todos los municipios, que se debe crear una normativa en cuanto a organización territorial y zonificación de riesgos.
Sin embargo, a pesar de estas prohibiciones, por el marco de las autonomías ya depende de los gobiernos municipales el hacer cumplir esta norma, siendo que a partir de esta instructiva, las autoridades departamentales o estatales ya no se harían responsables de las pérdidas que se dieran en futuras gestiones, por estar instaladas en lugares de riesgo.
Según la autoridad, hasta el momento se requerirían 320.950 millones de bolivianos para la reparación de daños, entre puentes, alcantarillas, defensivos, encauses de ríos, caminos, servicios básicos, sin contar con las construcción de casas, de lo que encargará el Ministerio de Viviendas. Este monto de dinero correspondería al presupuesto total de un año y medio de la Gobernación del Departamento de La Paz.
PREVENCIÓN
La activista ambiental, Teresa Flores, señala que debido a las características del lugar, el norte paceño al igual que la amazonia boliviana serían lugares muy vulnerables ante los cambios climáticos que se vienen atravesando, por lo que es necesario pensar en medidas de prevención sobre todo en los yungas donde se ha visto una gran deforestación que incidiría a que las fuertes lluvias terminen en inundaciones y deslizamientos.
Asimismo, viendo que la tendencia del cambio climático, es que se tengan lluvias cada vez más intensas, sequias y heladas extremas, sólo queda prevenir, evitando más deforestación, repoblando los cerros, y aplicando los cultivos agroforestales, que son cultivos con árboles es decir que se pueden sembrar vegetales, hortalizas, coca etc., mezclados con árboles que protegerían la producción, evitando las grandes pérdidas que se tuvieron en esta gestión.
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