Los comunistas chilenos y el mar

Una intensa y millonaria propaganda oficial del gobierno del MAS, en todos los medios o la mayoría audiovisuales, nos viene saturando con la propaganda chilena en sentido de que el pueblo chileno se solidariza con el reclamo de nuestro país, con el derecho que tenemos de retornar al océano Pacífico, es decir a las costas que fueron nuestras o por lo menos a un puerto sobre el mar. Para esa finalidad se filmó en Santiago de Chile a gente que arrogándose la representación de todo el pueblo chileno, declara que ellos quieren al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia y piden: “mar para Bolivia”.

La verdad es otra, pues en la visita que hizo el presidente Evo Morales a Chile para asistir a los actos protocolares de la toma del mando de ese país de la señora Michelle Bachelet, se organizó un acto en un recinto deportivo en la capital chilena, donde el visitante oficial boliviano escuchó discursos de representantes de organizaciones sociales y pronunció otro. Lo que no dice la propaganda del Gobierno, es que todos los asistentes a ese acto eran militantes de organizaciones políticas de ideología socialista comunista, tal como se puede observar en la propaganda televisiva, donde no hay ni una bandera chilena, pero sí gran cantidad de banderas de color rojo y pancartas alusivas a organizaciones de corte marxista leninista.

En Chile desde la década de los años 30 del pasado siglo, el comunismo tiene presencia a través del partido comunista chileno, el partido socialista y otros grupos políticos de corte marxista, pero que siempre fueron minoritarios, sólo llegaron al poder político en los años 60 con Salvador Allende como presidente. En ese gobierno de corte socialista y no obstante que en Bolivia estaba el en gobierno otro de corte populista de izquierda, con el Gral. Torres Gonzales, no hubo pronunciamiento de los socialistas comunistas, con la posibilidad de alguna solución a la demanda boliviana sobre la cuestión del enclaustramiento chileno a nuestro país, sí lo hubo en el Gobierno posterior de corte conservador, con el abrazo de Charaña entre Augusto Pinochet y Hugo Banzer, gobernantes de los dos países.

Lo cierto es que la millonaria propaganda oficialista, de querer mostrar que el pueblo chileno admira al Presidente del Estado Plurinarional de Bolivia y pide mar para nuestro país, es una impostura, pues no todo el pueblo chileno es socialista comunista, y el actual Gobierno del vecino país, es de corte social demócrata, aunque por razones electorales tenga como aliados a grupos socialistas comunistas, lo que no significa que la democracia de los pueblos que practica nuestro gobierno, haya logrado revertir la opinión pública chilena, que es más bien contraria a darnos una salida soberana al Pacífico, como lo demostraron encuestas levantadas hace un par de años en Chile.

Los gobernantes que han pasado por la Moneda, cualquiera que haya sido su ideología, han mantenido una política dura en el asunto con Bolivia sobre el mar, que responde a una política de Estado invariable, basada en el principio de derecho internacional tradicional, que los tratados entre las naciones no se dejan sin efecto, pues causan estado, a no ser la voluntad de las partes que se manifiesten en otro tratado, y Chile no tiene esa voluntad, razón por la que nuestro país ha recurrido a La Haya.

Lo que sucedió en Chile y se magnifica en los medios televisivos y radiales, es el apoyo de los comunistas y socialistas marxistas chilenos a un gobernante vecino que se declaró socialista comunista en un foro internacional, es decir solidaridad ideológica, alejada de la realidad social que se vive en ese país.

Es también cierto que el régimen gobernante en nuestra Patria, en constante campaña electoral, utiliza cualquier circunstancia o hecho que pueda influir en el ánimo de las clases medias, críticas a sus políticas, aunque para ello su propaganda pretenda demostrar como cierto, lo falso, seguramente por la creencia de que todos somos estultos.