Sin mediar control alguno de las autoridades por la falta de normativa vigente de protección a los animales , inescrupulosos, delincuentes cazadores y comerciantes se dieron a la tarea de explotar las especies silvestres de fauna con que cuenta el oriente boliviano.
Aprovechando que por las inundaciones los animales tuvieron que escapar de su hábitat, cazadores ilegales pusieron en cautiverio o exterminaron a varias especies.
Según la directora general de Biodiversidad y Áreas Protegidas, Teresa Pérez, se abrieron ocho procesos penales por el ilícito.
Empero, los operativos de rescate no son suficientes para evitar la pérdida de animales porque ante la falta de una Ley, lugares como Beni y Pando carecen de personal especializado en el cuidado de esta riqueza natural.