Practique el dominio mental

Cuando las personas no tienen dominio de la mente simplemente viven dramatizando los hechos o actuando con negatividad, se descontrolan, se enfrascan en discusiones familiares llevadas a extremos cada vez mayores y cada vez más hirientes y peligrosas.

Cuando la locura de la negatividad y del descontrol llegan a nuestro hogar podemos ver en acción el odio, la mala voluntad, la irracionalidad malagradecida en perfecta acción y, sobre todo, la mala fe de personas que queremos, que amamos y no alcanzamos a explicarnos cómo se produjo el cambio, cuándo comenzó el cambio de actitud, el cambio de pensamientos, de sentimientos y el cambio de actitudes, de conductas y cómo se produjo la transformación.

Cuando un individuo se va envileciendo y se va tornando negativo es en general por que los papás no practicamos el bien ni la positividad independientemente de lo que podamos decir para justificar nuestra falta de fe en la positividad como forma de pensar, de ser y de actuar.

La positividad puede entenderse como un conjunto de ejercicios o dominios que hay que conocer y practicar para que podamos vivir ejerciendo un autocontrol mental de lo que pensamos, de lo que sentimos, de las actitudes en las que vamos viviendo y, sobre todo, en las actitudes relacionales que son las posturas más importantes, pues determinan los estados en los que vivimos en la vida y los resultados que obtenemos en ella.

Algunos de los dominios que podemos ir aprendiendo son: El dominio de la palabra, el dominio de nuestra postura, el dominio de nuestra alegría, el dominio de la respiración, el dominio de la actitud positiva, el dominio de nuestra actitud negativa, el dominio de nuestro silencio, el dominio de nuestro rencor, el dominio de nuestro resentimiento, el dominio de nuestras imágenes mentales detestables y, sobre todo, el dominio  de nuestro pensamiento, pues nuestro mundo personal es igual a la suma de nuestros pensamientos y de nuestras creencias y podemos mejorarlo modificando nuestros pensamientos habituales de manera consciente y deliberada.

Vamos a un ejemplo en este mismo momento: Piense junto conmigo por favor el siguiente pensamiento mientras endereza su cuerpo y saca pecho: “Me siento bien, increíblemente bien y mientras lo hace puede cerrar los ojos y repetir mentalmente ese pensamiento a la vez que va soltando el resto de los músculos de su cuerpo y entra en un estado de calma llamado trance.

Cuando se vive sin practicar los dominios del pensamiento sólo se vive practicando los programas mentales negativos que desconocemos, pero que podemos percibir por las actitudes negativas y los resultados desagradables que producen, aparte de la infelicidad inherente de toda negatividad consciente o inconsciente de los individuos.

A modo de lección específica del día de hoy vamos a practicar el dominio de nuestra alegría, que comienza con la generación de una actitud alegre por el simple hecho de vivir y por la ilusión que esperamos experimentar en este día; hágase la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que en este día me puede producir alegría? y una vez que tenga la respuesta en su mente, contemple esas alegrías que hay y que existen en su interior”.

Afirmación: El Universo responde a mis pensamientos”