Ni halagos ni lisonjas interesadas. El matutino EL DIARIO no necesita de esas actitudes porque la verdad impresa en sus ediciones en 110 años de existencia, así lo demuestran con claridad meridiana. Para evidenciar esta afirmación, ahí están las bibliotecas y las hemerotecas del país, donde se guarda los testimonios de una prensa libre de compromisos subalternos, y entregada a servir a los altos intereses de Bolivia y de su pueblo.
El 5 de abril de 1904 este órgano de prensa en su primer editorial puntualizaba: “EL DIARIO ama a la Patria por encima de los partidos y por ella, por sus intereses bien entendidos, sacrificará su vida, reposo y cualquier otra situación… Nace libre, es bandera, no es pedestal ni escala”.
De su fundador, el ilustre patricio Dr. José Carrasco Torrico, José Manuel Loza en la edición del 86 aniversario de EL DIARIO, de fecha 5 de Abril de 1990, destacaba: “Profundo conocedor de la ciencia política, constitucionalista ferviente, legista y jurisconsulto consagrado, no hay para él secretos de doctrina. Únese a esto su afán de estudio, su tarea diaria de investigación de la verdad, su espíritu de observación, su agilidad mental, su pasión por la lucha por el bien de su Patria”. Por ello dejó a las generaciones futuras su libro “Bolivia ante la Liga de las Naciones”, como el mejor alegato jurídico-histórico para la defensa de Bolivia, de nuestro cautivo Litoral y parece que los gestores actuales de este derecho ante el Tribunal de la Haya no lo conocen ni por el forro.
Ante el difícil problema de encontrar sabiduría y civismo en algunos sectores políticos para transitar por un camino de paz, concordia y progreso del país, EL DIARIO siempre puso en evidencia que las intransigencias y los enfrentamientos ideológicos lastiman, cuando no frenan el destino superior al que tiene derecho esta Patria digna de mejor suerte.
En su edición del 6 de agosto de 1925, al cumplirse el Centenario de la República, su editorial insistía en buscar la paz, la concordia y el trabajo concertado entre bolivianos, sin discriminación alguna: “Que los errores de hoy y los de ayer alienten nuestra voluntad de enmendarlos; que las desgracias de la Patria fruto de tantas discordias civiles, encuentren en nosotros y en los hombres de mañana el propósito firme de orientar la política de Bolivia hacia finalidades más puras”.
En la hora actual y por el mejor destino de Bolivia, EL DIARIO reclama del conjunto de la sociedad civil el respeto a la ley y al Poder democráticamente constituido. Que los gobernantes que conducen la nave del Estado no se confundan en medio de discordias, enfrentamientos y uso discrecional de dineros fiscales. Que se imponga la reflexión y la equidad para satisfacer las demandas del conjunto ciudadano, no para unos sí y para otros no, porque la Patria es de todos y de nadie en particular.
Percibimos que la opinión pública del país, en procura de su bienestar y progreso reclama que EL DIARIO, igual que ayer, persista en su campaña por hacer comprender que el concurso de la inversión privada nacional y extranjera bajo la garantía de una seguridad jurídica seria y responsable, se constituye como un instrumento estratégico para construir y fortalecer estructuras productivas diversificadas con valor agregado para competir favorablemente en este mundo globalizado y así crear masivas fuentes de trabajo para disminuir la miseria en las áreas indígena-campesinas y la pobreza en las ciudades, de tal manera que Bolivia ya no sea la frustración de ayer colmada de promesas incumplidas y engaños persistentes.
Es de esperar que la quinta generación de la familia Carrasco junto a la valiente legión de periodistas que forman su cuerpo de redacción, siga siendo depositaria de esa escuela de sacrificio, dignidad y coraje que les legaran sus antepasados, a fin de seguir generando propuestas a favor de una Bolivia digna de su destino. Que la defensa de los derechos y las libertades ciudadanas, la vigencia de la Ley de Imprenta y el Tribunal de Imprenta, encuentren en ellos a los forjadores impenitentes e insobornables de la verdadera democracia por la cual cientos de bolivianos quedaron en mitad del camino.
Ojalá que por pretextos circunstanciales no sean asumidas medidas precipitadas para silenciar la voz de multitudes que reclaman paz, concordia, trabajo, bienestar y la expresión contundente de la verdad, nacida de crudas realidades que impiden a Bolivia ser digna de su destino superior y definitivo.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
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