Es notable la importancia de la prensa y su influencia social. Las palabras se las olvida, los escritos permanecen. El DIARIO, independiente, se enorgullece al cumplir 110 años en defensa de los intereses nacionales.
El Decano de la Prensa Nacional es paladín de la bolivianidad, ejemplo de insobornable consecuencia periodística, límpido en su existencia, sacrificada por los rigores de gobiernos espurios y despóticos. Su poder sugestivo es extraordinario, no sólo comunica lo que ocurre en el mundo, sino que da un extracto de la opinión nacional con veracidad y responsabilidad sobre problemas trascendentales que se vive. Somos aprisionados los que leemos con agrado sus columnas de opinión y noticias. Con razón se afirma que la persona que lee un solo periódico todos los días, llega a identificarse con la manera de pensar de EL DIARIO, nuestro diario, que escribió páginas gloriosas de la historia boliviana y forma parte de esa historia nacional que enorgullece al país.
Con el correr del tiempo esa importancia y esa influencia se han acrecentado, tanto que la prensa está considerada como el cuarto poder del Estado. Esta casa periodística, tribuna del pensamiento nacional, no sólo es instrumento del saber y forjadora de la opinión pública, sino que se ha convertido para gobernantes de turno en una brújula que les orienta por el bien de la nación. Un sondeo de opinión pública a través de este matutino, sobre cualquier asunto, puede servir a funcionarios públicos, para seguir con empeño la obra iniciada, detenerse, recapacitar y orientarse nuevamente o bien para retroceder hasta donde el pueblo muestre su satisfacción o rechazo.
EL DIARIO, primero con la dirección de su fundador, el ilustre doctor José Carrasco Torrico, luego bajo el mando de literatos, cuyo prestigio ha vencido al tiempo, como Casto Rojas, Franz Tamayo, Benigno Lara, Fabián Vaca Chávez, Luis Espinoza y Saravia, David Alvéstegui, Fernando Diez de Medina y otros prestigiosos intelectuales, se había constituido en un vocero que no sólo informaba eficientemente, sino que dirigía la opinión pública nacional y satisfacía plenamente sus requerimientos y necesidades.
Mucho se puede escribir sobre este prestigioso matutino, cuya trayectoria resulta inseparable de la historia del periodismo boliviano, que ha tenido una conducta invariable de patriotismo, honestidad, moral, veracidad en su opinión y crítica constructiva que no fueron del agrado de gobiernos que abusaron del poder, el tráfico de influencias, fomentaron el narcotráfico, la corrupción, la extorsión y permitieron la politización de la justicia, el crimen organizado y la desunión nacional.
EL DIARIO ha respetado siempre el pluralismo ideológico, apoyando las buenas acciones, la institucionalidad, el afianzamiento de un clima de paz, respeto, trabajo y estará siempre atento a defender y escuchar la voz del pueblo, que es la voz de Dios.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
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"La prensa hace luz en las tinieblas |
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