Recuerdos del presente
El haber llegado a la presidencia desde la organización de cocaleros ilegales del Chapare le dio a Evo Morales la peligrosa creencia de que se puede convivir, desde el gobierno, con otras actividades ilegales.
Como un surfista diestro, creyó que podía mantenerse a flote en medio de olas gigantescas creadas por grupos ilegales de toda laya, tales como los narcotraficantes, los contrabandistas, los cooperativistas, los traficantes de tierras, entre otros.
Ahora está comprobado que con este tipo de actividades consideran al Estado como un estorbo, y que quisieran eliminarlo, como ocurrió en Somalia, dividirlo en parcelas territoriales, como ocurre en Colombia y Perú, controlarlo desde dentro, como en Rusia, sin llegar a la sofisticación de asociarse con el Estado, como han hecho la Yakuza japonesa o las mafias italianas.
Se ha demostrado en Somalia que la actividad económica formal y legal tiene dificultades para convivir con las ilegales y delincuenciales, por lo que el territorio donde existe una economía legal se ha reducido a un pequeño segmento de Somalilandia.
Los cocaleros y sus socios, los narcotraficantes, acaban de hacer una demostración de que controlan Yapacaní y todo el “epicentro del narcotráfico”, como definió el ministro Carlos Romero al Ichilo. Todavía no se llaman nada parecido a FARC, pero tienen control territorial en la zona: el Estado boliviano no puede instalar un cuartel allí.
Los cooperativistas mineros han hecho otra demostración: ellos quieren competir con el Estado en la fijación de escalas tributarias para la minería. Hay empresas mineras asociadas con las cooperativas que pagan 1% o, con comisión, 4%, mientras las que se las tienen que ver con el Estado pagan hasta 55%.
Ante esta competencia de políticas tributarias, la CEPB acaba de aprovechar la ocasión y pide que el Estado analice la posibilidad de reducir los impuestos para todos. Si se pudiera elegir, dicen ellos, pues…
Los contrabandistas han optado por asumir que el Estado apenas existe y siguen introduciendo autos ilegales para venderlos allí donde saben que no hay ningún control estatal, donde las placas de control no valen nada, es decir la mayor parte del territorio.
En suma, entre narcos, cooperativistas, contrabandistas y otros, están reduciendo la extensión de la soberanía del Estado boliviano a un territorio del tamaño de Somalilandia.
Piano, piano, si va lontano.
Vacaflor.obolog.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |