La noticia de perfil
La noche del martes, mi pariente espiritual y yo nos hallábamos conversando acerca del conflicto entre el Gobierno y los cooperativistas mineros que a punta de dinamitazos conmovían las entrañas mismas de nuestro infortunado país, cuando de pronto comenzaron a titilar las luces de la lámpara de mi living y la cholita me advirtió gritando que dejara de sacudirla, pues yo no era ni cooperativista ni minero ni policía al servicio del Gobierno.
Levantando mis manos para demostrar mi inocencia, dije a la cholita cochabambina que yo no la sacudí de ninguna parte de su cuerpo y que una fuerza extraña removía la casa, explicación que no la satisfizo.
A los pocos minutos las radios de Chile nos informaban del terrible terremoto que sacudió el norte chileno, llegando sus ondas expansivas a sacudir una parte de nuestro territorio y también del Perú. Mi comadritay me tomó del brazo para inspeccionar si existían daños en otras habitaciones, tranquilizándome, ofreciéndose ella misma para actuar de centinela en caso de que se produjeran algunas réplicas del siniestro, gesto bondadoso que le agradecí, admirando su valor ante el siniestro que sólo consiguió hacernos temblar unos instantes.
Manifesté a la valerosa cochabambina que no era necesario que ella pasase la noche de pie y sujetando la pared principal de mi alcoba, proponiéndole en cambio que pasáramos la noche charlando en el living, por si se produjesen réplicas del sismo, cuyo epicentro fue el norte de Chile.
De esa manera evitamos el pánico y Macacha comenzó a explicarme que los bolivianos ya deberíamos estar acostumbrados a los terremotos después de más de ocho años de gobierno del presidente vitalicio señor Evo Morales.
Me interesó su interpretación y la cholita de Quillacollo me dijo que si Chile ha sufrido dos fuertes terremotos bajo las dos presidencias de la doctora Bachelet, Bolivia ha sufrido muchos más terremotos de 8 grados en la escala de Richter, cuyo epicentro estuvo localizado en el Palacio de Gobierno de La Paz, siendo el primero de esos siniestros cuando ganó Evo su primera elección con la colaboración de Cuba y Venezuela.
Rogué a la inteligente cholita de Quillacollo que me dijera cuáles fueron los otros terremotos cuyo epicentro fue la Plaza Murillo. Ella me dijo sin pestañear: “El gasolinazo, del cual no podemos reponernos hasta ahora”, y empecé a temblar acordándome de ese siniestro. Pero Macacha dijo a continuación: “Otro terremoto terrible fue cuando expulsó de Bolivia al embajador de EEUU, señor Goldberg, terremoto que tuvo fuertes réplicas cuando expulsó a USAID y rechazó toda ayuda norteamericana. En Bolivia se producen terremotos cada 1º de Mayo porque en esa fecha, Evo nacionaliza cualquier cosa para alegrar a los trabajadores, o sea que le digo anticipadamente, compadrituy, el próximo Día del Trabajo un nuevo terremoto nos hará temblar a todos los bolivianos”. Macacha finalizó su explicación diciendo: “Tenemos terremotos más frecuentes que en otros países y cuando Bolivia tiembla ya nadie se sorprende, compadrituy”.
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