La competición en el sector de los dispositivos móviles es intensa y cada fabricante trata de ofrecer sistemas más avanzados para quedar por encima del resto. Lo vemos continuamente en pantallas cada vez más grandes, procesadores más potentes, funciones inteligentes o cámaras con sensores más amplios. Sin embargo, mientras cada uno trata de distinguirse por sus fortalezas, todos comparten una misma debilidad: la autonomía. De poco sirve tener el smartphone más puntero del momento si en pocas horas nos vemos anclados al enchufe para poder seguir usándolo, y es que mientras el resto de piezas van avanzando, las baterías de iones de litio se han quedado estancadas. La solución pasa por introducir baterías de mayor capacidad, diseñar componentes más eficientes, como por ejemplo procesadores o pantallas que consuman menos, y apostar por funciones de ahorro energético que puedan alargar la duración lo máximo posible. La Universidad de Tokio está llevando a cabo una investigación para mejorar las baterías de iones de litio con un sistema que acortaría el tiempo de carga de forma notable.
Además del problema de la autonomía, también nos encontramos con que los tiempos de carga son bastante largos. Lo normal es que necesitemos al menos un par de horas para que la carga de la batería llegue al 100%. Si se consigue acortar ese tiempo, el problema de la autonomía no sería tan grave ya que, aunque nos quedemos sin batería, si la podemos cargar rápidamente podemos seguir funcionando sin problema. Los responsables de la investigación están estudiando cambios en la configuración de los electrolitos que forman las celdas de la batería, sustituyéndolos por otros más reactivos y con mayor resistencia a la degradación, dos puntos clave para conseguir baterías de alto rendimiento. El resultado sería que hay una concentración cuatro veces superior a una batería convencional, que se traduce en tiempos de carga mucho más rápidos, hasta tres veces más. Por ejemplo, si nuestro smartphone o tablet tarda tres horas en alcanzar el 100% de carga, con este tipo de baterías estaría listo en una hora. Por otro lado el voltaje subiría de 3v a 5v.
La investigación de la Universidad de Tokio se está realizando en colaboración con la Universidad de Kyoto y el instituto nacional de materiales para la ciencia de Japón y su objetivo sería la fabricación de baterías de mayor rendimiento para ser aplicadas a la industria de la automoción. No obstante podrían ser aplicadas también a dispositivos móviles como smartphones o tablets, ya que ambos sistemas usan el mismo tipo de baterías. Las principales marcas de telefonía ya ofrecen sistemas de ahorro energético en sus terminales más completos, como recientemente vimos con el modo Ultra Power Saving delSamsung Galaxy S5 o también el modo de ahorro extremo del HTC One M8.
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