Ejecutivo señala que represas pueden causar daño pero debe ser estudiado

(ANF).- La construcción de las represas de las hidroeléctricas en el lado brasileño causó daño medioambiental en el país y para saber la magnitud de la afectación se debe realizar un estudio científico para no perder la perspectiva de la mitigación y compensación por el daño causado, dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.

"Decir que no hay daño claro que sí, hay daño porque se han construido esas represas, pero lo que tenemos que hacer es someter a un estudio científico para saber la magnitud del daño, no podemos ser irresponsables para decir (que) sí hay un daño, un daño irreparable pero irreparable en qué sentido", afirmó Quintana a los medios estatales.

En ese marco el ministro de Estado recomendó que antes de lanzar una acusación se deben realizar estudios científicos para evitar trasladar temas medioambientales al campo político.

Asimismo, la autoridad mencionó que la construcción de cualquier dique va a provocar un daño medioambiental porque la mayoría de los ríos en la parte boliviana como el río Beni lleva sus ríos hacia el Madera y se afectaría el viaje de los peces para el desove en las partes altas. "Cuando hay una represa humanamente (es) imposible que no haya un daño medioambiental", aseveró.

El juez federal de la vecina nación Herculano Martins Nacif, instruyó a las empresas constructoras de las hidroeléctricas atender a las poblaciones que fueron afectadas con inundaciones con vivienda, alimentación o transporte porque sub dimensionaron el tamaño de los reservorios.

Organizaciones ambientalistas debaten si presentan una denuncia internacional contra las centrales hidroeléctricas brasileñas de Jirau y Santo Antônio, a las que responsabilizan del desastre que en Bolivia ya costó este año la vida de 59 personas y pérdidas materiales por 111 millones de dólares, según la Fundación Milenio.

Bolivia y Brasil estudian de forma conjunta el impacto de las centrales hidroeléctricas brasileñas Jirau y San Antonio, por las graves inundaciones ocurridas en los últimos meses en la Amazonía boliviana.