Ciclo de películas sobre Revolución del 52 inicia hoy

“El cine en la revolución” es el ciclo de exhibiciones que comenzará hoy a horas 19.00 y se extenderá hasta el mes de mayo, en el Museo de la Revolución, ubicado en la plaza Villarroel, con un debate sobre los filmes de Jorge Sanjinés y del cubano Tomás Gutierrez, con ingreso totalmente gratuito.

El propósito –según los responsables– es rememorar el hito histórico del país marcado el 9 de abril de 1952.

La primera fecha contempla la proyección del documental “Revolución”, realización de Jorge Sanjinés en 1962 (quizás el más conocido y logrado; este corto de diez minutos recibió el premio Joris Ivens 1964 en Leipzig). El cortometraje, denominado por algunos “El Potemkin de Sanjinés”, muestra imágenes montadas con notoria sabiduría cinematográfica y ofrece, al mismo tiempo, una sinopsis de la historia del país: su miseria, el indoblegable espíritu popular y las represiones que se suceden sin pausa.

La segunda producción titulada “Historias de la Revolución” es una producción del cubano Tomás Gutiérrez Alea que data de 1968. La producción fue catalogada como una película dramática estrenada, el primer largometraje de ficción realizado por el ICAIC. Tras la proyección de ambas cintas, Jorge Barrón, ejecutivo de la videoteca, dirigirá el debate entre los concurrentes.

A propósito del ciclo cabe recordar que la Revolución Nacional de 1952 realizó transformaciones fundamentales en la participación ciudadana, la distribución de tierras, el control del Estado sobre los recursos naturales y la economía boliviana.

En definitiva, acabó con el viejo orden oligárquico-terrateniente que había imperado en Bolivia durante el último siglo y que había sumido a las masas de este país en la más absoluta pobreza. Incorpora además por primera vez al escenario político nacional a la mayoría indígena-campesina, al establecer el voto universal y promover una reforma agraria muy exitosa para acabar con el régimen terrateniente imperante en el occidente del país.

Estas transformaciones, afirman los organizadores, también se dieron en el aspecto cultural, entre ellos el cine. La visión del cine revolucionario estaría destinada a ser antiimperialista por razones ideológicas del momento, tendría que desempeñar una labor de denuncia y contribuir así a la toma de conciencia de las culturas nacionales,  como contribución a su desarrollo. Es así que aparecen las películas de Jorge Sanjinés y el Grupo Ukamau.