Salud y educación continúan como principales necesidades

A pesar de las políticas de protección para los niños y niñas bolivianas, en el área rural de La Paz, aún se tienen grandes falencias en educación, salud y calidad de vida de este sector. Para la profesora rural del altiplano paceño, Claudia Álvarez, serían las niñas quienes sufren la mayor parte de las carencias, siendo que muchas de ellas abandonan las escuelas, porque deben atender a sus hermanos menores y como no trabajan en la tierra tampoco son priorizadas en la alimentación o en el cuidado de su salud.

“En las tres escuelas que he estado, es notoria la desigualdad entre niños y niñas, que se suma a la gran precariedad en la que viven, muchas de las niñas no son enviadas a la escuela, porque aún se tiene la idea que ellas sólo deben aprender labores de la casa y que con leer a medias es suficiente, además que al ser familias numerosas, ellas se deben encargar de los hermanos menores", manifestó Álvarez.

De la misma forma, señaló que en muchos casos son los propios padres quienes por falta de ingresos económicos las mandan a trabajar a las ciudades, donde ya no continúan sus estudios. En el caso de los niños varones, a ellos se los deja estudiar por más tiempo pero en cuanto pueden hacerse cargo de las tierras también suelen dejar la escuela para trabajar.

A pesar de las mejoras que se ha hecho en cuanto a la calidad de vida en el área rural, aún los niños tienen grandes falencias para un efectivo desarrollo, siendo que en muchas comunidades aún no se tiene acceso a servicios básicos, donde según cifras de Unicef, el 60 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que viven en zonas rurales no tienen acceso al agua potable, cuando en el área urbana este porcentaje es del cinco por ciento.

En el ámbito de la salud, el panorama no es más alentador, toda vez que la mayoría de los niños sufren serios problemas en cuanto a su nutrición, que deriva en un bajo nivel de defensas, infecciones frecuentes, y una muy mala salud oral, siendo las caries uno de los problemas más frecuentes.

“Las familias en las poblaciones alejadas, no cuentan con seguro, y a pesar de tener el SUMI, tampoco lo utilizan por falta de información, otro problema es el no tener accesibilidad a los centros médicos, ya que en las poblaciones sólo hay postas con un médico y una enfermera”, manifestó la odontopediatra, Nila Camacopa.

Asimismo, añadió que son los mismos pobladores que por las distancias que los separan de los centros médicos prefieren no atender a sus niños, más que de manera casera, por lo que tampoco son detectadas las falencias nutricionales que tienen y no son orientados para mejorar su salud.

“Aún hay deserción escolar, los niños no están pudiendo salir de los índices de desnutrición, a pesar de haber mejorado en comparación con otras gestiones, aún no se ha podido superar la situación de niños que viven en lugares completamente abandonados, la atención de las autoridades es insuficiente”, manifestó la asambleísta departamental, Claudia Bravo.