Parece claro que las inundaciones de este 2014 han estado entre las más intensas que han provocado muchos daños en el norte de La Paz, parcialmente en algunas provincias cruceñas, pero sobre todo han hecho estragos en el departamento Beni, retornando una historia de siglos atrás, a la época de la cultura hidráulica de las pampas de Moxos.
Pero como dice el refrán: no tiene sentido llorar sobre la leche derramada, lo que interesa ahora es convertir esta experiencia en definiciones para prevenirlas a futuro y desarrollar proyectos que, aprovechando esa riqueza extraordinaria de nuestros cursos de agua, las convirtamos en proyectos de riego o mejor aún, poner en marcha las inversiones para ejecutar los proyectos de propósito múltiple que están en cartera desde hace varias décadas.
Se requiere un programa coordinado de acción, el cual puede ser liderado por el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, e integre a otros ministerios como el de Desarrollo rural y Tierras, Gobernaciones y municipios principales con objeto de definir las actividades a ejecutar, por cada uno de los niveles respectivos, con el propósito de encarar las actividades que se sugiere a continuación.
• Elaboración de una ley que declare una veda total a la deforestación en toda el área amazónica del país, por un periodo mínimo de 10 años, extendible a 20.
• Veda en la distribución de tierras, por lo menos en los próximos 5 años, para evitar la habilitación de las mismas para cumplir la “función económica social”.
• Elaboración de un subprograma dirigido al manejo de cuencas que abarque desde Chuquisaca hasta Pando y las provincias tropicales de Cochabamba y La Paz, el cual incluya reforestación o financiamiento para plantaciones de cacao, goma y otros protectores y productivos, tal como se ha desarrollado en el Alto Beni y el Programa de Desarrollo Alternativo del Chapare.
• Subprograma que acelere los estudios y ejecución de los principales proyectos de propósito múltiple: riego, agua y energía.
• Subprograma que inicie investigación sobre los acuíferos subterráneos y su correspondiente aprovechamiento en los departamentos de Chuquisaca y Santa Cruz.
• Subprograma que actualice o realice nuevos estudios para acelerar la ejecución de un número mayor de presas en los departamentos del altiplano y los valles interandinos.
• Subprograma que elabore una carpeta de investigaciones sobre sistemas de cultivos con medidas de adaptación al cambio climático.
• Consolidar todo lo anterior en un primer Plan de Acción Quinquenal, conformando una bolsa financiera con recursos del TGN, aportes específicos del IDH, aportes de gobernaciones y municipios en función a la cobertura territorial del Plan. Un punto de partida parecería ser la aprobación del Plan Patujú con US$ 476 millones, de los cuales 246 millones se utilizaría para la parte afectada por las inundaciones y 230 millones para la construcción y rehabilitación de caminos. Las obras civiles en las estancias privadas, requeridas para protegerlas deberían tener una línea de financiamiento blanda y créditos para la repoblación del ganado.
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