Matadero alteño faenea ganado usando técnicas de puntillero y sensibilizador

El Matadero Municipal Los Andes utiliza las técnicas del puntillero y el sensibilizador de corriente para el faenado de ganado que se distribuye en las ciudades de El Alto y La Paz, cumpliendo así con los controles establecidos por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), aseguró a EL DIARIO el administrador del lugar, Cesar García.

Asimismo, dio a conocer que dos veterinarios realizan el estudio de ganado para el pre y post faenado con el objetivo de verificar la calidad de la carne a ser consumida.

De lunes a sábado, el ganado que es faenado llega del altiplano en un 90% mientras que el restante proviene de Cochabamba, Beni y otras provincias del Norte paceño, con un promedio de cabezas de 350 hasta 400 diariamente que llegan a ser destinadas a la demanda de la población de El Alto, La Paz y las provincias.

“La cantidad faenada es normal y se desarrolló incluso en la temporada de inundaciones del Beni. El único día que se tuvo algún contratiempo fue cuando se registró bloqueo de caminos por parte de los cooperativistas mineros, pero en la actualidad se responde a la demanda normal de la población”, explicó García.

El ganado que debe ser faenado debe responder a características propias que definen las normas tanto de Senasag como de los profesionales en veteranía y de acuerdo al lugar de donde procede el ganado que generalmente corresponden a las ferias que se realizan en varias poblaciones del Altiplano.

Según el relato de los matarifes, los días miércoles, por ejemplo, el ganado llega de Cochabamba, cantidad que se mantuvo normal en la víspera, con la finalidad de realizar el abastecimiento con 400 cabezas.

“El ganado debe tener un promedio de tres años hasta cinco años de vida, no pueden morir ganado menor a tres años o que aún tengan dientes de leche o el ganado que haya sido utilizado en otra actividad como agrícola y que no responda a las características de engorde, aspecto que es verificado por los veterinarios antes de realizar el faenado”, detalló.

Asimismo, el descarte del ganado que no puede ser faenado es analizado y, según el estudio de veterinarios en el matadero, debe definir si la carne es propicia para el consumo de la población.

En cuanto a las técnicas utilizadas en el faenado, demostradas a EL DIARIO, con el ganado del altiplano, las acciones fueron calificadas como ‘no agresivas o no ariscas’, es mediante el puntillazo, instrumento de acero que llega a ser aplicado en la parte posterior de la cabeza de una vaca, para luego efectuar un golpe el mismo que inmediatamente anula el sistema nervioso del animal y permite una muerte inmediata.

Mientras que en el caso del ganado del oriente denominado ‘Gias’ los mismos llegan en horas de la tarde y generalmente deben descansar hasta la madrugada, tiempo de reposo para que dicho ganado no se ponga nervioso y luego de que son mojados inmediatamente se aplica el sensibilizador eléctrico mecanismo que permite atacar el sistema nervioso de manera inmediata.

Posteriormente, una segunda revisión se realiza por el personal de veterinaria, con la finalidad de verificar que el animal, en el momento de su muerte o caída, no haya registrado ningún otro problema en sus órganos internos y que los mismos lleguen a ser sacados del cuerpo de manera adecuada sin llegar a romper las bolsas de protección como del hígado, intestinos u otros.

“Los dos veterinarios son de Senasag y realizan las inspecciones antes y después de la muerte del animal para el control de la carne en el proceso de faeneo y recién recibe el sello de inspección para su entrega a los comercialización”, explicó García.

Las dos técnicas de faenado utilizadas por el Matadero Municipal “Los Andes” es aplicado desde hace 10 años y se tiene proyectado en la próxima gestión en base a un nuevo proyecto aplicar otro sistema eléctrico más directo como la ‘pistola desensibilizadora’, en tanto las dos técnicas son calificadas como favorables porque evitan tanto el sufrimiento del animal, así como de las condiciones adecuadas de la carne.