De mendigos, méndigos y poderosos

El mendigo es el pobre, pordiosero, menesteroso, mientras el méndigo (término de uso frecuente en México), nada da, es la persona que actúa de mala fe, es despreciable, perverso, etc. En consecuencia, comentaré sobre quienes están ligados al poder, concepto que implica mando, autoridad, influencia y está relacionado sobre todo con el dinero.

A raíz de escándalos conocidos en las últimas semanas, en los que están involucrados varias autoridades del Gobierno y algunos familiares de las mismas, interpretaré algunas declaraciones de esas y otras autoridades en función:

- En el caso Air Catering-BoA se mencionó un contrato de 2.5 millones de dólares, entre la cuñada del segundo mandatario del Estado y la empresa aérea BoA, que administra el Gobierno. Sobre este uso de influencias, la autoridad involucrada ha manifestado, por ejemplo, que uno de sus familiares vive en una vivienda de alquiler. Entonces debido a su situación económica tiene derecho a buscarse la vida.

Al respecto, el primer mandatario salió en defensa de su principal colaborador, expresando que se trata de un hecho aislado (reñido con la ética), que la oposición quiere dañar la imagen de “su vicepresidente”.

A sabiendas de que este caso fue denunciado ante la autoridad de lucha contra la corrupción, el responsable de la Contraloría del Estado ha declarado que “como ellos no conocen nada del contrato, por lo tanto no tienen ninguna obligación de investigar” ese uso de influencias. Y tema zanjado.

- Suelto de cuerpo como siempre, la principal autoridad del Ministerio de la Presidencia ha expresado que “gente de mala fe, lo involucra en contrabando de camiones, pero hasta el momento nadie ha mostrado una sola rueda de dichos camiones, entonces están comentando absurdos”. También dijo que de igual manera lo acusan de narcotraficante, que “si eso fuera cierto, estaría viviendo como un potentado… invito a todos los medios de comunicación a comprobar que vivo humildemente en un cuarto y tengo mi cafetera, algunas marraquetas para servirme mi desayuno…”. Es más, para desvirtuar las acusaciones hechas en su contra, por el ex policía Ormachea, expresó su disposición para “que se investigue el movimiento de sus cuentas bancarias en la última década”. Pero sin tomar en cuenta el artículo 6 de la Ley Contra la Corrupción, Marcelo Quiroga Santa Cruz, el consejo encargado de dicha lucha ha sobreseído al citado Ministro. Y asunto concluido.

- En cuanto al Ministro de Defensa, que viaja con frecuencia a España, donde algunos familiares facilitarían transacciones bancarias de dicha autoridad en bancos extranjeros, hasta el momento no se conoce los montos, tampoco los dueños de ese dinero. En principio el Ministro citado niega la existencia de familiares, porque él vino solo a este mundo, pero fotografías demuestran la existencia de una hermana legítima, ¿por qué mintió? Las autoridades en vez de investigar este asunto, dicen que se trata de desprestigiar al “proceso de cambio” y a líderes del Gobierno ante la proximidad de las elecciones, por lo tanto esas operaciones bancarias no merecen más comentarios. Y caso cerrado…

- Un grupo de parlamentarios, en estricto apego a sus mandatos constitucionales, comenzó su tarea de fiscalizar procesos por hechos de extorsión realizados por altos ex funcionarios y hoy presos del Gobierno en ejercicio, y que en su momento fueron patrocinados desde el Palacio Quemado. Cuando se logró tomar la primera declaración de esos “delincuentes” (como cínicamente los tildan los poderosos, refiriéndose a sus ex compinches), entonces entraron en escena matones del consorcio del engaño, para torturar y amedrentar a esos “delincuentes”, con el fin de callar las verdades sobre otros casos de corrupción, más graves, como los contratos multimillonarios en YPFB y las cooperativas mineras con la Empresa Boliviana del Oro (EBO).

Lo que la población espera es que los involucrados en estos y otros casos de corrupción no tengan una muerte prematura o un viaje sin destino e inesperado, para llevarse consigo la verdad de la perversidad y la infamia del Gobierno todopoderoso.

Después de haber destruido la vida y esperanza de millones de bolivianos, fácil es distinguir a los méndigos poderosos, a quienes sólo se les ocurre promover la delincuencia para paliar el desastre en que hoy se desenvuelve la economía del Estado. Lo grotesco no es que los gobernantes digan que representan a los desposeídos, sino que miles de pobres se dejen timar.

El resto de la población hace rato dejó de ser idiota, y se da cuenta de quiénes son los mendigos, los perversos narcisistas y los poderosos. Las elecciones están cada vez más próximas...

El autor es docente universitario.

almamor2003@hotmail.com