Brasil ilegalmente y sin consideración inunda territorio boliviano

Revisemos los antecedentes sobre las inundaciones en Bolivia causadas por Brasil utilizando en forma ilegal el total de los caudales del río internacional de curso sucesivo “Madera”, originado en territorio boliviano, sin contar con un acuerdo o tratado con nuestro país, que es propietario de la cuenca alta del río Madera, conformada por los ríos Beni, Mamoré, Abuná. Dicho río en su desembocadura se denomina Madera y en Brasil lo conocen como “Madeira”.

El señor Luis Inácio Lula Da Silva, siendo Presidente de Brasil desde el año 2006, fue promotor de la construcción de las presas hidroeléctricas Jiraú y San Antonio, mediante la participación de la subsidiaria Electrobras - Furnas y en sociedad con empresas privadas.

En julio de 2007 el Gobierno boliviano reclamó al Brasil por los perjuicios que causaría en territorio boliviano la construcción de las represas Jiraú y San Antonio. Pero el Gobierno brasileño hizo caso omiso a tal reclamo, aun sabiendo que era ilegal hacer uso de aguas bolivianas localizadas en la cuenca del Madera, clasificado como río internacional de curso sucesivo, sujeto a normas y leyes internacionales que rigen el uso compartido entre dos estados.

Sin embargo por la decisión de impulsar los objetivos geopolíticos y económicos de Brasil, en el año 2012 la hidroeléctrica de Jiraú fue hecha pública por la transnacional GDF Suez, socia mayoritaria del colosal emprendimiento energético que sustentara en gran parte la demanda de energía de las dinámicas y expansivas empresas asentadas en Brasil.

En julio de 2011, la presidenta brasileña Dilma Rousseff accionó las máquinas para desviar el río Madeira (Brasil), en la frontera con Bolivia, como parte de los últimos ajustes para la entrada en vigor, a fin de año, de la central hidroeléctrica San Antonio. Además la Sra. Rousseff manifestó que “el poner en marcha la hidroeléctrica San Antonio era una necesidad imperiosa para el Brasil”, dejando así, en los hechos, sin respuesta ni atención las demandas y temores del Gobierno boliviano, que considera que esas dos represas brasileñas ocasionarán graves e irreparables daños ambientales, económicos y sociales en la Amazonia boliviana (plataformaenergetica.org La Paz 8/7/2011).

Por lo tanto urge que el Gobierno proceda de inmediato al dragado de los ríos de la cuenca amazónica boliviana a fin de que éstos cambien su velocidad para eliminar los sedimentos de las cachuelas, lo que permitiría desaguar las aguas de inundación, venciendo en gran parte la barrera líquida que Brasil creó en la desembocadura del Madera. En esta forma interrumpiríamos la secuencia del tráfico fluvial que el Brasil está tratando de imponer, uniendo Rondonia con los puertos peruanos y chilenos.

Es posible que el Gobierno brasileño reclame por los daños que causarían los sedimentos y materiales de arrastre dragados en territorio boliviano, para lo cual el Gobierno cuenta con justificaciones jurídicas, técnicas y económicas para establecer un juicio al Gobierno brasileño por daños y perjuicios, que en muchos casos son irreversibles.

También el Gobierno del Brasil debería tener en cuenta el pago por el uso de aguas bolivianas, al mismo tiempo de reconocer a Bolivia que le corresponde el 50% del potencial generado en las presas de Jiraú y San Antonio.

Mientras tanto el Gobierno debería preparar un plan para identificar áreas en las cuencas hidrográficas donde se construiría presas para el control de inundaciones, generación de energía hidroeléctrica y otras obras.

Así mismo para determinar topográficamente los perfiles del terreno donde profesionales de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) puedan construir una red de carreteras para la vinculación permanente de ciudades y pueblos del oriente.

El Ing. Antonio Bazoberry Quiroga ha escrito los libros El Mito del Silala; Canal Fluvial nuevo Puerto Suárez y es autor del Proyecto corredor fluvial boliviano “Mutún-Atlántico”.

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