Plebiscito pro democracia

La presentación del libro “Control remoto”, del distinguido periodista Raúl Peñaranda, dio lugar a que se registre un impresionante plebiscito en pro de la democracia. Los amplios espacios que tiene la sede de la Asociación de Periodistas de La Paz fueron insuficientes para dar cabida a todas las personas que quisieron asistir al acto.

Pudo advertirse que, entre la concurrencia, estaban presentes personas de todos los sectores sociales. Cuando Peñaranda hizo su ingreso al auditorio mayor de la APLP, fue recibido con fuertes y prolongados aplausos. En cierto momento, la multitud lo aplaudió de pie; así, lo estaba apoyando por el uso que hacia de la libertad de expresión y de prensa, que son inherentes a la democracia.

Peñaranda había advertido que las descalificaciones que pretendió realizar en su contra la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, en el fondo lo que hizo es promocionar su libro. Sólo un parte de la nutrida concurrencia pudo comprarlo, porque se agotó.

La ministra, en los ataques que lanzó contra Peñaranda pretendía descalificarlo como investigador y desmerecer el contenido de su libro. Y presumió que mayor impacto causaría en la opinión pública, al decir que era chileno de nacimiento y que, cuando fue director de uno de los diarios locales, demostró su inclinación por Chile, en contra de la causa marítima de Bolivia.

Un subalterno teórico del régimen, que es director de un semanario del oficialismo, publicó en su último número la foto de un pasaporte de 1980, cuando Peñaranda era adolescente, como “prueba” de que nació en Chile y que esto explicaría que en el ejercicio del periodismo se identifique como pro-chileno.

Este episodio tuvo como escenario un canal televisivo, al que Peñaranda asistió. Éste, de inmediato, refutó el cargo con el que se trataba de desprestigiarlo y hacerlo ver como anti-boliviano. Dijo que efectivamente nació en Santiago, cuando su padre boliviano ocupaba una función diplomática, pero que al tercer día fue inscrito en el Consulado con la nacionalidad boliviana.

La Constitución, en todo caso, prevé la posibilidad de tener doble nacionalidad. En el Capítulo I, sobre Nacionalidad, Art. 141, expresa que son bolivianos y bolivianas las personas nacidas en el extranjero de madre boliviana o padre boliviano.

Empero, lo inexplicable es que la ministra Dávila hubiera olvidado o desconocido que un estrecho colaborador suyo se halla en la misma situación que Peñaranda, según refirió éste.

En la presentación de su libro “Control remoto” reiteró lo que había expresado ya en la televisión, que él es un ferviente boliviano, como cualquier otro, y que es leal y consecuente con la demanda marítima del país.

¿Por qué la ministra trató de desmerecer el contenido del libro “Control remoto”, una copia del cual, al parecer, la logró subrepticiamente, pues lo tuvo antes de que se ponga en circulación?

El hecho es que Peñaranda, como producto de una esmerada investigación, cita por sus nombres a los medios de comunicación que son “paraestatales” y que están “bajo control periodístico” de la Vicepresidencia.

Explica, asimismo, que optó por escribir el libro después que el presidente Evo Morales declaró, a una diario de Santa Cruz, que sólo “quedan 10% o 20% de (medios) opositores, y que antes éstos eran “80% o 90%” El propósito de Peñaranda fue investigar cómo se produjo tal cambio en el espectro mediático de Bolivia.

Como efecto de la investigación, estableció en detalle los recursos que practica el gobierno para cooptar los medios, con la finalidad de ejercer el “control noticioso y editorial”.

Anota también en el libro que “los medios “paraestatales” tienen una publicidad gubernamental enorme, grosera realmente, en comparación con los medios independientes”. Para llegar a esta conclusión, durante días enteros cronometró los spots oficialistas que inundan las pantallas de TV y las transmisiones de las radios. Este esfuerzo le permitió determinar, asimismo, que el gobierno utiliza la publicidad para “premiar o castigar a los medios”.

Peñaranda, en un anexo del libro, incluye los cuestionarios periodísticos que presentó, entre otros, al Vicepresidente y a la Ministra de Comunicación, pero éstos rehusaron contestarlos, por lo que puede aplicarse aquella sentencia popular que dice: “quien calla, otorga”.