La población católica que habita el territorio nacional, se apresta a recibir hoy la celebración del Domingo de Ramos en tiempo de Pascua.
Con la eucaristía y la bendición de las palmas, se abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de la entrada de Jesús a Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca el inicio de la Pasión del Señor en el Evangelio, según San Marcos.
Diferentes costumbres se cumplen en este día tanto en el área urbana como rural de Bolivia.
En las ciudades se estila asistir a la iglesia llevando palmas que luego de ser bendecidas por el sacerdote, son colgadas tras las puertas de ingreso a los hogares para contar con la presencia del Señor durante todos el año.
Según declaración de, Juana Quispe, quien también se dedica al trenzado de las palmas, “los ramos son buenos para la protección del hogar, ahuyentar a los ladrones y cuidar que no ingresen a la casa los espíritus malos”.
En esta fecha también se consumen chocolates en forma de huevos de pascua y caramelos en representación de conejos, aunque esta tradición deriva de países europeos.
En el área rural, el Domingo de Ramos es aprovechado para el trueque de productos y menaje elaborado con cerámica o barro cocido.
En todo el mundo, en este día, se entrecruzan dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a la celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia de la Ciudad Santa, imitación de lo que Jesús hizo en Jerusalén, y la otra, más bien austera, que refleja la Pasión que marcaba la tradición romana.
El culto de las palmas anticipa un llamado a Pascua Florida y el triunfo de la Resurrección.
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