INTELIGENCIA EMOCIONAL
Son muchas las mujeres y, en su debida proporción, los hombres que sufren de autoenvenenamiento emocional.
En el mundo de las comunicaciones interpersonales y, sobre todo, en el mundo familiar, las comunicaciones son el puente por donde fluyen los pensamientos, las emociones, las ideas, las reacciones y las acciones que, si no son correctas y fieles a toda prueba, producen dolores y sufrimientos, pero lo más delicado es que generan un proceso de autoenvenenamiento emocional, causando muchos problemas en el cuerpo de origen sicosomático, los cuales podrían evitarse si se conociera a tiempo la mecánica de este fenómeno somático y mental.
Nuestra mente registra las sensaciones y las emociones negativas que se producen en cada contacto comunicativo y en cada contacto relacional. Cuando éstas se van acumulando en cada evocación del recuerdo, nuestro inconsciente vuelve a generar las mismas sensaciones negativas y las mismas emociones perturbadoras; así es como se produce el autoenvenenamiento emocional, que afecta en general a las articulaciones de las manos, los tobillos, las rodillas, los pies, las caderas y, en ocasiones, los músculos faciales.
Son muchísimas las personas que han sido víctimas de ofensas, de desprecios, de mentiras y muchas otras formas de maldad y se quedan atrapadas en ese circuito de recordar una y otra vez el incidente negativo, que después se olvida y el subconsciente sigue poniendo en acción internamente sin nuestro conocimiento. Después nos enteramos simplemente de la existencia de dolores que aparecieron y que antes no habían, pero como la causa original o las causas originales han sido olvidadas, simplemente buscamos soluciones en lugares donde no están.
La repetición verbal que es parte del ejercicio de regresión, puede disminuir estos dolores psicosomáticos si uno tiene la disciplina como para hacerlo por tiempos mayores a una hora. Vamos a dar un ejemplo para que usted, querido amigo o usted querida amiga, pueda poner a prueba su poder de regresión.
“Tengo un resentimiento muy grande y acumulado con “x”, entonces repito la oración
inductora durante sesenta minutos para ir vaciando todas las sensaciones dolorosas vinculadas a la pareja o al marido, y de paso, desactivo el circuito de autoenvenenamiento, pues detiene el diálogo o monólogo mental destructivo.
A manera de complemento, puede repetir por quince minutos más esta otra oración inductora: “Tengo resentimientos muy profundos con muchas personas de este mundo”, haga su repetición y después de las lágrimas y las sensaciones dolorosas llegarán las sensaciones de alivio.
Si desea aprender cómo se hacen estos ejercicios puede llamarme a los números que están en pie de página.
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