Gabo alcanza la inmortalidad

Gabriel García Márquez, autor de obras memorables como: Cien años de soledad (1967), Crónica de una muerte anunciada (1981), El Coronel no tiene quien le escriba (1961), El amor en los tiempos de cólera (1985) y Noticia de un secuestro (1996), entre otras, falleció ayer a los 87 años de edad en la Ciudad de México, luego de un cuadro de neumonía que lo mantuvo hospitalizado por una semana.

El Gabo, como era conocido popularmente, fue uno de los escritores representativos del realismo mágico, el cual mezcla realidad con fantasía, narrativa utilizada en su obra maestra, Cien años de soledad, novela que narra la vida de siete generaciones de la familia Buendía en el mágico pueblo de Macondo, y que le valió el premio Rómulo Gallegos en 1972, y el Nobel de Literatura en 1982.

A García Márquez sus amigos lo recuerdan como un hombre generoso y leal al que la fama nunca lo separó de sus allegados y que mantuvo siempre un vínculo profundo con su origen caribeño, fuente de inspiración para su obra.

Con la muerte del escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano, Gabriel García Márquez, se va un clásico de la literatura universal, pero quedan sus obras que lo inmortalizan. “Para ser periodista hace falta una base cultural importante, mucha práctica, y también mucha ética”, este consejo siempre será recordado por sus colegas.

• • Gabriel García Márquez y el legado literario latinoamericano