LAS PALABRAS MÁS DAÑINAS QUE SE PRONUNCIAN EN EL HOGAR

Nuestra manera de comunicarnos en el hogar, sobre todo con nuestros hijos, crea convicciones inconscientes negativas muy poderosas que después pueden resultar muy difíciles de cambiar.

Lo mismo suele suceder en las relaciones de pareja que no son correctas, ni justas, ni equilibradas desde el punto de vista del proceso de la vida.

Los ejemplos hipotéticos nos irán aclarando la idea: Una mamá que tiene un joven hijo que está mal en los estudios, que tiene un mal comportamiento notorio, que va a las fiestas nocturnas obligando a sus padres a exponerse de noche y gastar mucho dinero en radiotaxis.

Cuando conocí al muchacho parecía todo un ejecutivo con sólo trece años y su mamá vivía pendiente de él diciendo cosas más o menos como estas: ¿Qué

quieres “papito"?, ¿Qué quieres que te lo compre para que hablemos de tu problema?, ¿Qué quieres que te lo haga “reicito” para que se sientas bien?

En esa relación se podía apreciar una clara deformación de roles y de papeles que estaban creando un tirano y una víctima, y los resultados ya estaban mostrando que estas relaciones son siempre destructivas y conducen al fracaso personal de ambas personas.

En el caso de las relaciones de pareja que viven una falsedad inocultable, las palabras esclavizantes son más o menos éstas: “cielito“, “vida mía”, “ternura”, “amorcito”, “vida”(¿qué vida?, “dueña de mi alma”, “amorosa” y muchas otras más, pues esas palabras van escondiendo la falsedad y el gran desequilibrio de dicha relación y, sobre todo, una relación tiránica en la que alguien domina a otra persona y ésta ni termina por darse cuenta, ni quiere hacerlo hasta que llegue el momento de la desagradable sorpresa cuando se entere de la verdad que nunca quiso y ahí es cuando comienza la liberación si la persona tiene la suficiente calidad humana como para reconocer “su metida de pata” mitad consciente y mitad inconsciente.

Las relaciones “normales“ y exitosas en la vida van creando equilibrio con el uso de palabras no propiciadoras y viven apuntando a la verdad y a metas positivas y ecológicas que se ajustan a la sensatez de la vida.

Si usted tiene un problema parecido, tome la decisión de dejar de utilizar ese tipo de palabras y si utiliza las palabras correctas, los verdaderos sentimientos saldrán a flote y podrá darse cuenta de que estaba viviendo una ilusión o relación negativa que por los mismos principios de la vida no tenía las posibilidades suficientes como para llegar a tener un buen final y menos un final exitoso.

Si hace lo correcto, podrá tener la dignidad suficiente como para hacer un plan para liberarse de su relación incorrecta y malsana. Nunca es tarde para quien elige la decisión de triunfar y de hacer las cosas correctas en la vida. Nos vemos en el artículo de mañana.

*Afirmación para escribir muchas veces hasta que se materialice por completo: "Gracias por esta liberación tan completa”.