Hugo Rocha Gonzales
Bajo el título “De Túpac Katari a Evo Morales” ha puesto en circulación Editorial Plural el libro escrito por el historiador y periodista Luis Antezana Ergueta, quien indica que se trata de una historia económica de Bolivia desde antes de la fundación de la república hasta el presente, a través de una “línea roja” que deja de lado relatos personales, anécdotas y aspectos secundarios del desarrollo de la sociedad boliviana.
Este libro de Antezana Ergueta constituye, en realidad, una revisión a fondo de la historia de Bolivia, de acuerdo con los requerimientos de las investigaciones nacionales de descubrir aspectos esenciales de la vida de nuestra sociedad, al mismo tiempo que superar la tendencia denigratoria que caracterizó a numerosos historiadores bolivianos del Siglo XX, con algunas excepciones como Carlos Montenegro, Vásquez Machicao y otros que trataron de poner de pie los verdaderos antecedentes del desarrollo político boliviano, considerando, al mismo tiempo, que el desconocimiento o tergiversación de la historia suele conducir a la catástrofe.
En esa “línea roja” del desarrollo histórico boliviano, el autor del libro “De Túpac Katari a Evo Morales, tomando como aspecto central la economía, recuerda que el imperio aymara en el Kollasuyo, (más tarde Alto Perú) fue dominado y destruido por el imperio incaico y que, enseguida, impuso un régimen totalitario que duró alrededor de un siglo, hasta que llegaron los conquistadores españoles que dieron libertad a los vasallos del incario y les permitieron retornar a sus tierras e inclusive recuperar el uso de su idioma al que habían sido prohibidos, entre varias formas de opresión.
Siguiendo esa descripción, Antezana Ergueta afirma que el levantamiento de Túpac Katari tuvo raíces económicas en la imposición del consumo de mercancías de origen europeo y no se debió a “abusos” o siquiera al problema de la tierra. Agrega que las revoluciones libertarias de 1809 tuvieron el mismo origen, pero que mestizos y criollos formaron una alianza con las masas campesinas, aunque tampoco resolvieron el aspecto principal del problema que causó las rebeliones.
El autor sostiene, enseguida, que la política económica española de ese tiempo condujo desde principios del Siglo XVIII a una profunda crisis económica que se fue profundizando durante cien años y se agravó con el levantamiento de Túpac Katari, las sequías y hambrunas de 1800, las revoluciones de 1809 y la Guerra de los 15 años. Agrega que la fundación de Bolivia si bien fue un paso político importante, no resolvió la crisis económica y más bien la profundizó, al extremo que la población pedía “retornar al tiempo anterior”.
El libro concluye señalando que el gobierno del Mariscal Santa Cruz puso al país en un sendero de progreso y convirtió a Bolivia en potencia económica, política y militar, pero que entró en crisis y decadencia sostenidas que, en medio de grandes disturbios políticos, se prolongan hasta el presente, aunque con muy breves momentos de estabilidad y normalidad.
Esta nueva visión de la historia de Bolivia constituye un esfuerzo notable en cuanto a conocer la verdadera historia de nuestro país, a diferencia de historiadores tradicionales que repiten las viejas opiniones de los historiadores del Siglo XX, que se esmeraron en denigrar el proceso histórico del pueblo boliviano, conduciéndolo al pesimismo y al fracaso debido a sus erróneas afirmaciones.
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