El ideal de cualquier economía de un país consiste en producir con miras a cubrir la demanda interna y exportar los excedentes con valor agregado. De esta manera se cumplen los objetivos de cubrir la demanda propia y darle valor agregado a lo producido con miras a su exportación. No hacerlo implica seguir como proveedores de materia prima para que los países que las reciben las industrialicen y le den el valor complementario con miras a conseguir mayores ingresos financieros.
A más de pensar en diversificar nuestras exportaciones, es preciso cumplir, previamente, con el cumplimiento de dos metas importantes: la primera, producir más en cantidad y calidad; la segunda, exportar con valor agregado para sólo de este modo no disminuir el esfuerzo y trabajo que implican todos los procesos hasta el grado de consumo y exportación.
Pero lo previo a todo radica en reabrir las fuentes de producción que se tenía antes del inicio del actual gobierno y hacerlo con la premisa de mejorar lo que se producía y se lo complete mediante su industrialización; para ello son importantes las inversiones de capitales financieros y tecnológicos, factores necesarios para ampliar los horizontes económicos del país.
Industrializar el país es el ideal pregonado por todos los gobiernos pero los hechos han demostrado que sólo han sonado las campanillas de la demagogia y poco o nada se hizo al respecto. Hay industrias que tienen capacidad muy limitada y requieren de inversiones para ampliar sus instalaciones con miras a producir más cantidad con calidad que sea competitiva con los similares productos que son importados. Aparte de todo ello, esas ampliaciones permitirán fortalecer económicamente a las empresas, crear más fuentes de empleo y, con el tiempo, asegurar mercados internos y externos.
Al emprender políticas con miras a diversificar la economía, lo primero que se debe hacer es renunciar a los complejos de inferioridad que muchas veces nos hacen ver que lo foráneo es mejor cuando podemos conseguir altos índices de calidad; por otro lado, desestimar las políticas que implican complejos que muestran que si agrandamos nuestras fuentes de producción se favorece al capitalismo cuando se sabe bien que nuestro país es también capitalista, pese a que se hace alarde de socialismos de extrema izquierda que se sabe han fracasado y las intenciones que se tiene de restablecerlo es como propiciar anarquía económica, atentando a la sociedad y postergación mayor del país.
El gobierno, si busca éxitos para el futuro, tendrá que renunciar a políticas que han implicado más pobreza y dependencia con la adopción de medidas que signifiquen corregir yerros, mejorar lo bueno y cumplir con políticas de cambio que se concreten en buena gestión administrativa y manejo responsable del país.
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