Fieles asisten a la misa de Domingo de Resurrección

Cientos de fieles llenaron las iglesias durante la primera misa de ayer Domingo de Resurrección, día que según la religión católica Jesús se levantó de la tumba para ascender a los cielos. En el atrio de los diferentes templos, varios vendedores de velas, palmas, huevos de pascua y api con buñuelos se dieron cita para ofrecer a los feligreses sus productos.

Según el padre Javier Albó, el Domingo de Resurrección es una de las más solemnes celebraciones del año eclesiástico que sirve para recordarles a los fieles los principios básicos de la doctrina cristiana, ya que toda la Semana Santa sin la resurrección no tendría sentido siendo la prueba de la victoria de Jesús sobre la muerte, las tinieblas y el pecado.

Para la catequista Giovanna Fernández, esta es la misa más emotiva, porque después de las vigilias y todo el dolor sufrido durante la pasión y muerte de cristo, un proceso que inicia desde el Jueves Santo, “viene la esperanza de ver la cruz y la tumba vacías, sabiendo que nuestra esperanza y fe renace con la promesa de una vida eterna”.

“Esta es una muestra de la gran voluntad que el ser humano puede tener, porque Jesús se hizo hombre, vivió como tal y tuvo las mismas debilidades, el querer pasar el trago amargo cuando pidió a su padre que lo libere de su responsabilidad, sin embargo, su fe fue más grande y venció a la tentación y al temor porque creyó en la promesa y en su responsabilidad con el próximo a quienes amo al punto de dar su vida por ellos incondicionalmente, es un ejemplo de vida”, manifestó Olga Rojas, quien hacia bendecir sus velas y palmas para tenerlas en su hogar.

En la mayoría de las parroquias se vieron misas, llenas de júbilo y alegría con mensajes de paz, unidad y amor, que también es una de las más largas donde se bendice el agua, el fuego, y se renuevan las promesas bautismales, todo un ritual en el que se enciende el cirio pascual que acompañará todo el año litúrgico, mientras se dan lectura a los siete evangelios desde el inicio de la creación acompañados de sus salmos.

En todas las puertas de los diferentes templos se pudo ver comerciantes que ofrecían tanto palmas y velas como huevos, conejos y monedas de chocolate, además de bebidas api con buñuelos.