Enemigo interno en las FFAA

Fuerte vendaval arremete contra la estructura de organización, disciplina y subordinación de las Fuerzas Armadas, que de no tomarse medidas perínclitas, esta subversión haría peligrar su permanencia como tal. La funesta injerencia del socialismo marxista leninista del gobierno, por su afán de fracturar y debilitar su institucionalidad, la capta y la somete a sus designios e intereses ideológicos. En poco tiempo algunos mandos militares de manera unipersonal en contraposición a la CPE, la declaran “socialista” y con otros adjetivos de carácter político. Somos testigos de la destrucción de otros poderes e instituciones, que precisarán muchos años para su recuperación constitucional, todo en detrimento de las aspiraciones del pueblo y el futuro del país que se hace muy incierto.

Unos cuantos suboficiales y sargentos sediciosos con engañosos sofismas tratan de confundir a la opinión pública, buscando posiblemente desprestigiar y debilitar a la institución, actos que muestran oscuros y bastardos intereses políticos, seguramente convertirla en Fuerzas populares, sin orden ni disciplina, de aquí tanto desprecio a sus leyes y reglamentos y desafío a sus mandos naturales.

Todos los ejércitos del mundo se basan en la jerarquía y la disciplina vertical, no existe un solo hombre que tenga el mismo rango o nivel que otro, donde nace precisamente la “discriminación” netamente castrense. Otra cosa es la discriminación social, hecho aislado que tiene nombre y apellido. Las Fuerzas Armadas nacieron junto a la República con glorias y sacrificios, fuerzas en sus relaciones con la historia social de luces y sombras, con esencia de pueblo porque es el mismo pueblo; su formación se vale precisamente de las exigencias al valor y honor militar, verticalidad en su disciplina, de aquí la diferencia con otras carreras.

Pero un grupo sindical uniformado rompió todo fuero de conciencia, como burda imitación a los motines de los “policías”, paupérrima hombría que oculta temores en faldas de féminas. Al margen de las graves faltas cometidas, es el delito de “lesa institucion” que también atenta contra la integridad nacional. Mal ejemplo de nuestro retroceso cultural, sólo procuramos mostrar al mundo nuestras debilidades y vulnerabilidades, enriqueciendo así la polifagia de nuestro enemigo, atento a medir nuestras capacidades.

Los militares mantienen principios comunes, donde su sistema de valores morales constituye parte inseparable del espíritu de cuerpo identificado con la lealtad a la Patria y a sus símbolos nacionales. En una guerra convencional, se sabe dónde, cómo y cuándo atacará el enemigo, en cambio, no se conoce el ataque artero del enemigo emboscado al interior de la casa, es más peligroso y destructor. Simón Bolívar decía “Que desgraciado es el pueblo donde los hombres armados deliberan”.

En cuanto a los supuestos títulos profesionales de este grupo, no les otorga ni la mínima condición de omnisciencia; “éstos se van al basurero, cuando no están acompañados de cultura y educación, y esto sólo se consigue en la cuna o en la casa”, dijo José Ingenieros. ¿Acaso no dicen que estamos en el país de la mediocridad?, este descollante indocto nos asfixia.