Un cuerpo consular

El titular de esta crónica se refiere al cuerpo consular de Nueva York que ha sido embellecido con la presencia de la señorita Jessica Jordán, Cónsul General de Bolivia en la ciudad de los rascacielos.

Cuando esa noticia me fue dada a conocer por la cholita cochabambina, quien me lee las noticias que aparecen en los periódicos del país, no pudo evitar un gesto de desagrado, o de envidia, o las dos cosas a la vez, mientras yo sonreía ante el nombramiento realizado por nuestro presidente vitalicio Evo Morales Aima y su canciller David Choquehuanca, Asesor general de los yatiris bolivianos.

“Estoy verdaderamente indignada por la designación de esta miss que intervino en concursos de belleza y ya representó en la elección de Miss Universo a nuestro país...”, dijo al borde de las lágrimas mi comadre nacida en Quillacollo, quien hasta ahora luce por calles y plazas su vestimenta de cholita que tanto me seduce.

Tratando de disipar un tanto su tristeza (mezclada de envidieja), manifesté a mi comadritay que la señorita Jessica habla perfectamente el idioma inglés porque -según me han dicho- es su primera lengua, que es la que se habla en Nueva York, sede de sus nuevas funciones y que es además un lenguaje universal.

La cholita cochabambina no se dio por vencida ni convencida, pues me retrucó diciendo que la nueva Cónsul General de Bolivia en New York está allí para ayudar a servir y colaborar con ciudadanos bolivianos, muchos de los cuales sólo se expresan bien en sus lenguas nativas, que son desconocidas por la señora o señorita Jordán, que en inglés se pronuncia Yórdan, aunque en castellano siempre será conocida como Jordán, con jota y con Y...

A continuación, mi comadritay (quien no siente alguna simpatía por la nueva Cónsul en New York) me recordó que hace bastante tiempo la ciudadana en cuestión candidateó dos veces para ser elegida Gobernadora del Beni, perdiendo en las dos oportunidades, pese a ser favorecida con el apoyo oficial del Gobierno actual y pese a sus cualidades de belleza y otras que también posee, aunque no dejé de mencionar a la cholita que fue el actual ministro Quintana quien piloteó dichas campañas.

Para poner fin a los cuestionamientos de mi comadritay contra la flamante cónsul, pregunté a mi pariente espiritual si ella (la de Quillacollo) estaría en condiciones de representar a Bolivia, primero como candidata a Miss Universo o como Consulesa de Bolivia en Nueva York, respondiendo que a ella jamás le interesaron los concursos de belleza por el título de Miss Universo porque nunca le gustó “calancharse” (semi desnudarse) ante ningún jurado y menos ahora que se reconoció algo empulpadita para tales pruebas, pero que considera una injusticia el no haber sido ella designada Cónsul en Nueva York hablando inglés, quechua y castellano y capaz de haber sido una excelente Cónsul Cholita, representante auténtica de un país cuya mayoría es chola o mestiza.

Mi comadre tiene toda la razón y además tiene más plata que la señorita Yórdan, quien lo primero que pidió es un aumento de sueldo.