Malestar en las Fuerzas Armadas

Las medidas de paro general, manifestaciones públicas, huelgas de hambre y rompimiento con el Alto Mando de las Fuerzas Armadas (FFAA), a no dudar son actos de insubordinación e indisciplina protagonizados por suboficiales y sargentos de la institución castrense que rompen todo principio militar. Sin disciplina y jerarquía de mando no se concibe ninguna institución de tipo castrense.

Se argumenta descolonizar la institución, invocando la Constitución. Propiamente el colonialismo tiene lugar cuando un país o una población dependen políticamente de otro Estado. Modernamente son muy pocos los pueblos que permanecen en estado colonial. Las formas coloniales heredadas del pasado se limitan a lo mínimo o son inexistentes en la actualidad. El colonialismo no pasa de ser una abstracción y una bandera para la explotación política.

En cuanto a la también invocada Ley contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, lo que sí ocurre con frecuencia en las FFAA es el maltrato tradicional que los mandos medios aplican a los efectivos de rango inferior, escudados en una mal entendida disciplina. Este mal uso puede también haber afectado a suboficiales y clases descontentos. Se conoce que inclusive se registraron muertes por dichos abusos punibles en otros ámbitos de las formaciones castrenses.

Se puede hablar de racismo cuando los miembros de una raza determinada sojuzgan y menoscaban a otro contingente racial distinto, empero en las FFAA, como en la Policía Nacional, son ámbitos donde menos tiene cabida el racismo porque desde hace décadas y más aún desde el 2006, albergan un componente social de extracción humilde mayoritariamente, así como a cuadros provenientes inclusive del campo. El Ministro de Defensa aseguró que entre los actuales cadetes de las distintas Academias Militares se alinean hijos de suboficiales.

Conforme a reglamentos vigentes los suboficiales no puedan ascender en la escala militar en vista de que no cursan el mismo programa de estudios que los oficiales egresados del Colegio Militar o similares. En cambio, se debe hacer justicia cuando los suboficiales tienen además un título profesional, debiendo habilitarlos a cuadros superiores y escalar en la carrera militar con sujeción a otros requerimientos reglamentarios.

Cosa distinta es que en demanda de sus solicitudes deriven en acciones típicamente sindicales, en desobediencia de sus mandos naturales. Si tal cosa se permitiera sobre el conjunto social pendería la amenaza de un sindicato armado. Estamos ante una consecuencia del mal ejemplo que dieron hace algún tiempo efectivos policiales que amotinados recurrieron a peores métodos que los movimientos sociales más radicales, lindantes en delincuencia, asaltando sus propias oficinas, quemando documentación, etc. Se aprovecha también el empoderamiento extendido que el Gobierno convierte en un expediente más de la lucha de clases.