Punto aparte
El comportamiento de la economía en 2013 tuvo contrastes. De una parte, ha sido bastante positivo, pero en algunos sectores arrojó resultados negativos. De ahí que cabe graficarlo con matices blancos y negros.
El país sigue siendo uno de los beneficiarios de las condiciones comerciales externas favorables, lo que le permitió acumular superávits en la cuenta corriente y en la balanza de pagos global. Sin embargo, en el ámbito internacional se acentuó un menor dinamismo, en comparación a los años precedentes.
Al formular un balance acerca de tal situación, la Fundación Milenio, en su Informe sobre la Economía gestión 2013, divulgado la semana anterior, considera que la bonanza económica habría llegado a su punto máximo.
El crecimiento económico (PIB) de 2013 fue del 6,5%, según el Banco Central. Al tercer trimestre, de acuerdo con los datos disponibles de Milenio, la principal actividad económica de Bolivia continuó siendo la de los hidrocarburos (gas natural), con el crecimiento del 18,3%, en comparación a igual período de 2012. Su incidencia en el crecimiento del PIB fue de 1,5%.
La industria manufacturera alcanzó el crecimiento del 6,2% y una incidencia del 1% en el PIB; los establecimientos financieros 6,6% con incidencia del 0,8% en el PIB, en 2012 ha sido del 9,5%; en transportes y comunicaciones del 6,6% y 7,0%, respectivamente, ambos con la incidencia del 0,8% del PIB.
La administración pública y la agricultura-ganadería mantuvieron la incidencia del 0,5% en el PIB y el crecimiento del 6,0% y 4,2%, respectivamente; el comercio conservó el crecimiento del 3,8% y la incidencia del 0,3% en el PIB; la construcción disminuyó su crecimiento en relación con el año anterior de 9,6% a 8,6%, al tercer trimestre, por lo que su incidencia en el PIB fue de 0,3%.
El análisis del crecimiento económico, por el lado del gasto, a septiembre de 2013, establece que el consumo de los hogares y otras instituciones privadas sin fines de lucro, y el consumo de la administración pública representan aproximadamente 5 puntos de alza en el registro del PIB, de los cuales 4,3% al consumo de los hogares y 0,6% al de la administración pública.
Este incremento en la demanda interna se complementa con el aumento relativo en las importaciones, que marcaron un crecimiento de 7,7% a septiembre de 2013 y una incidencia (negativa) de 2,6% en el PIB.
El saldo global de la balanza de pagos experimentó una ligera caída en 2013. Por el superávit, las reservas internacionales netas subieron a 14.430.1 millones de dólares. En 2012 fueron de 13.926.7 millones.
La caída en la balanza comercial se origina en el mayor crecimiento de las importaciones, en relación con las exportaciones.
En efecto, mientras las exportaciones crecieron en 2,1 por ciento, las importaciones lo hicieron en 12,1%. Esto redujo el superávit comercial en US$ 752 millones.
Por cuarto año consecutivo, aumentó la inversión extranjera directa, creció en 34,3%, totalizando US$ 1.365,7 millones. La mayor parte estuvo dirigida a la explotación de materias primas.
La deuda pública externa volvió a crecer en 2013. Con la información que dispone Milenio, hasta octubre, subió a US$ 965,9 millones, y el saldo total a US$ 4.999,6 millones.
Por el lado de los egresos, en la gestión 2013, los corrientes fueron de Bs. 46.358,6 millones, equivalente al 61,6% de los egresos totales. Los gastos más significativos fueron en servicios personales y en las transferencias corrientes, ambos representaron el 51,2% del gasto total.
Las empresas públicas desde el 2012 registran un déficit en su flujo financiero, pues sus ingresos totales fueron inferiores a sus egresos. En 2013, este desbalance subió casi 20 veces.
El 74,9% de los ingresos totales en 2013 proviene de la venta de hidrocarburos que realiza YPFB, equivalente a Bs. 47.006,8 millones. El incremento respecto a 2012 ha sido del 18,8%. El resto de las empresas públicas sólo generó ingresos por Bs. 6.426,6 millones, equivalente al 10,2% del total de los ingresos.
La inversión pública ejecutada en 2013 por sectores económicos fue de US$ 2.060.0, con una variación del 46,5% respecto al 2012. En productivos US$ 628.3 millones (YPFB ejecutó US$ 413.8 millones), infraestructura US$ 842.6 millones, sociales US$ 510.7 millones y multisectoriales US$ 78,3 millones.
El crédito interno fue muy elevado. Al Banco Central se le impuso la concesión de créditos a las empresas públicas estratégicas con intereses muy bajos: 0,8% y 1,4% anual, a plazos de veinte años y más, además de incluirse plazos de gracia entre tres y seis año.
El crédito a YPFB llegó a Bs 7.705 millones, a ENDE (Empresa Nacional de Electricidad) Bs 2.826 millones, a Comibol Bs 837 millones y a la hasta ahora inconclusa instalación de un ingenio azucarero en San Buenaventura Bs 1.091 millones. En total Bs 12.459 millones, equivalentes a alrededor de US$ 1.790.0 millones.
La inversión pública y el crédito del Banco Central a YPFB hay que cargarlo a la nacionalización, pues antes de ella los costos de sus operaciones cubrían íntegramente las empresas petroleras.
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