Buscando la verdad
Cada año, cerca al 1º de Mayo -fecha simbólica que el Gobierno aprovecha para anunciar el incremento salarial obligatorio por Decreto- surge la angustia en el empresariado sobre cómo cumplir con pagos cada vez más altos cuando la productividad de la mano de obra no aumenta igual, y entonces surge la pregunta: ¿Cuándo un incremento salarial es racional?
Si se quiere que Bolivia crezca al 7% o más; si se busca evitar presiones inflacionarias; si no se desea seguir aumentando las distorsiones en las curvas salariales, como ocurre ya por ocho años; si se aspira a crear empleos dignos y sostenibles; si hay conciencia de que la competitividad y la formalidad son importantes, el incremento salarial será racional si refleja la situación real de cada empresa y emerge de una negociación entre las partes, sin mediar presión alguna.
Y es que, como ocurre en un hogar, donde el ingreso es finito y por ello el presupuesto familiar se debe ajustar a la realidad y limitar a los hijos su capacidad de gasto, así pasa en las empresas donde el empleador debe velar por la salud financiera de la misma a fin de evitar que incrementos salariales superiores a su capacidad provoquen situaciones que luego traigan dolor a la familia de los trabajadores que queden sin empleo.
Y, si bien la inflación del 2013 -que milagrosamente no llegó al 6,5%- y el crecimiento de un 6,8% de la economía -dando la sensación de que todo va muy bien en Bolivia- son un parámetro para discutir el incremento salarial, tomar esos indicadores como palabra santa para determinarlo podría acarrear problemas.
He aquí un ejemplo sencillo: Juan tiene 5 autos, Pedro tiene un auto y Carlos no tiene auto, sin embargo -en promedio- ¡cada uno tiene 2 vehículos! Si un auto puede transportar a 5 personas, cada uno de los tres -en teoría- debería llevar a 10 personas porque la estadística dice que cada uno tiene 2 autos, pero en verdad no es así. Juan podrá llevar tranquilito a 10 personas; Pedro solo a 5 y Carlos deberá andar a pie. ¿No es cierto que los promedios son mentirosos?
Igual pasa con las empresas: algunas podrán pagar más; otras, menos y muchas no podrán pagar. ¿Por qué? Porque algunas habrán ganado mucho más que otras; habrá las que ganaron poco, quienes no ganaron y las que perdieron.
Por tanto, con un aumento salarial que no refleje la situación real de las empresas formales -las únicas que estarán obligadas a tal pago- ¿no se correrá el riesgo de exponerlas a la informalidad, a languidecer o a realizar despidos?
El autor es Economista, Magíster en Comercio Internacional.
Twitter.com/Garyrodriguezok
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |