Crónica de una perversidad anunciada

En el año 2002, a la cabeza de un dirigente cocalero, un grupo de autodenominados comunistas, socialistas y marxistas, solventados económica y políticamente por altos funcionarios de Cuba y Venezuela, planearon con sagacidad la toma del Gobierno en la República de Bolivia.

Ante la resignación y aceptación del pueblo boliviano, cansado de soportar durante 40 años a castas políticas corruptas, desde enero de 2006 el improvisado grupo de “izquierdistas”, con las siglas MAS-IPSP, se instaló en el Palacio de Gobierno.

Inmediatamente los hábiles izquierdistas difundieron un discurso elaborado por cubanos y venezolanos, que se resume así: “Bolivia marchará con la revolución, el cambio, transformación, liberación, descolonización y el desarrollo de la política, la economía y la sociedad... Bolivia será democrática, libre, soberana y productiva, con cero de corrupción, coca, contrabando, cocaína, nepotismo... Todos serán iguales ante la ley…”.

Con semejante discurso el pueblo vivió ilusionado con el “cambio” (según ellos fueron 3 años para adquirir experiencias en función de gobierno). En ese periodo el Gobierno preparó el terreno político, económico y social para uno de los engaños más descarados que siente el pueblo en la actualidad.

En el 2009, desechando toda intervención de la Asamblea Constituyente, después de maquinaciones con traficantes de la política y ex parlamentarios de la oposición, el Congreso Nacional en forma ilegal aprobó la Nueva Constitución Política del Estado, instrumento digitado desde las sedes del Socialismo Siglo XXI (Cuba y Venezuela), que da nacimiento al Estado Unitario Socialista de Derecho Plurinacional Comunitario. Comienza la patraña.

Los asesores foráneos en coordinación con un consorcio multifuncional del Gobierno (no más de 20 personas), instalados en el Palacio y Vicepresidencia trabajaron para favorecer a la maquinaria del Estado y del partido en cuestión.

Durante 3 años de experimento aprendieron que las empresas del Estado, en especial relacionadas con yacimientos petrolíferos, oro, estaño, “acero”, madera, castaña, soya, quinua, transporte, telecomunicaciones, infraestructura vial, deben ser supervisadas por un directorio y ejecutivos de absoluta confianza de los poderosos, conformado por “duchos en la política y las finanzas”. Por eso no se exige profesionalidad o cualificación para la función a ejercer, esos políticos venden promesas vanas, sin estudio empírico de la realidad.

Por otra parte adquieren status, prestigio, influencia, acomodo, sueldos y dadivas y prebendas que ayudan a llevar la “pesada carga” que representa su responsabilidad. En finanzas no se trata del profesional en dicho campo, sino un personero hábil para hacer contratos o adquisiciones “sin licitaciones” a nivel nacional e internacional, pero sobre todo debe ser experto en el cálculo porcentual de comisiones. Al respecto, las inversiones en esos rubros, sin beneficios para el Estado en los últimos 8 años bordean los 50 mil millones de dólares, calcule el porcentaje que les corresponde a los actores. A estas operaciones financieras públicas denominan “liberación económica y científica”.

En otro caso de liberación económica, el actual presidente de las siete federaciones cocaleras del Chapare comanda el cultivo y comercialización de la hoja milenaria. Lo que ignora dicho dirigente es que la mayor parte de ese cultivo se la destina a la producción de cocaína. Para “controlar” esta actividad en el territorio nacional se instaló equipos con “alta dosis científica”. Según la oficina encargada del control de estupefacientes, durante los 8 años anteriores se decomisó alrededor de 12.000 toneladas de cocaína, sin contar otros bienes que se confisca y cuyo destino es incontrolable para el Gobierno. Si cada tonelada de la droga tiene un valor internacional de 1 millón de dólares, es simple determinar los alcances de dicha liberación, sin que se sepa quiénes son los beneficiados. Para perfeccionar esta tarea se promulgó la Ley de Defensa del Espacio Aéreo.

Sabemos que con la “liberación política y democrática”, se adueñaron de la justicia. Adoctrinaron y politizaron sólo a los jefes de las FFAA y la Policía, los resultados se los vive hoy. Ni hablar de lo que hicieron con “sus” hermanos indígenas y campesinos. Asuntos como el retorno al mar, reuniones como la del G-77+China, el teleférico, el nepotismo, los lujos de los mandatarios, la millonaria propaganda embustera y otros, no tienen relevancia. Las consecuencias de estos y otros hechos, con la ayuda de algunos “comunicadores”, motivaron la desaparición de la clase media en nuestra sociedad.

En resumen, sofistas anti-colonialistas, anti-imperialistas y anticapitalistas se transformaron en perversos delincuentes trastornados por el poder y el dinero. Además tienen la intención de “crear un nuevo mundo” (declaración del Vicepresidente del Estado). Dios nos libre...

El autor es docente universitario.

almamor2003@hotmail.com