Simón Jaliri, representante de los Ponchos Rojos de la Organización Tupac Katari de Omasuyos y parte de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), dio a conocer que un encuentro entre las organizaciones campesinas, entre ellas la Organización Bartolinas Sisa y la propia Central Obrera Boliviana (COB), determinaron no apoyar las demandas del sector de suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas (FFAA) y mantener el respaldo al proceso de cambio.
Para Jaliri la protesta social, movilizaciones y huelgas de hambre interpuestas por un grupo de uniformados de baja graduación no son mecanismos propios de la formación castrense, quienes deben enmarcarse en una disciplina y jerarquía más cerrada, por lo que calificaron de políticas las acciones emprendidas por el sector de suboficiales, sargentos y mujeres de los uniformados de baja graduación.
“Es por eso que nosotros observamos como injerencia política, porque la representante de las esposas de militares primero es viuda no tienen un esposo activo al interior de las FFAA, al igual que la señora Guadalupe Cárdenas, quien es viuda en la institución policial. Fuera de ello, ambas personas se reunieron con la finalidad de promover el mismo movimiento de una acción de motín y nosotros tenemos los documentos correspondiente de como este movimiento es de índole político antes que reivindicativo, porque ellos tienen sus niveles de hacer conocer sus demandas”, explicó.
Jaliri dio a conocer que los uniformados se habrían acercado en pasados días a la dirigencia de los Ponchos Rojos pero los mismos dieron a conocer su rechazo de no apoyar a los uniformados porque se trata en el fondo de una acción política y de indisciplina. “Pero también felicitamos a aquellos sargentos y suboficiales que han retornado a sus fuentes de trabajo a cumplir sus funciones y el fin de semana se ha fracturado este movimiento que surgió con personajes políticos, quienes pretendieron no responder a las doctrinas militares”, detalló el representante del sector rural.
En un encuentro realizado en el plan 3.000 en la ciudad de Santa Cruz, la dirigencia campesina definió ratificar el proceso de cambio y rechazar todas las movilizaciones del sector de los uniformados.
“Por lo tanto, el 1 de Mayo es cuando los trabajadores campesinos y de la ciudad afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB) se pronunciarán en apoyo al Gobierno rechazando las protestas de los uniformados. Asimismo, la sociedad conoce que las personas que no responden a los niveles disciplinarios como es el caso de las FFAA deben ser relegados y expulsados y sólo aceptar a quienes hayan retornado a su fuente de trabajo”, concluyó el entrevistado.
VALORACIÓN
A su turno, Javier Ajno, ejecutivo de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), si bien lamenta que el sector de los militares de baja graduación hayan determinado salir a realizar protestas sociales callejeras aspecto que es reñido por sus propias normas internas, son extremos que si bien no debieran aceptarse por ser un régimen disciplinario vertical, pero al mismo tiempo el despido de más de 700 uniformados es otro extremo que podría generar algunas reacciones poco favorables.
“Es evidente que el Presidente del Estado ha apoyado en su momento a las FFAA y que ahora busquen vulnerar sus propias normas fuera de la institución es un acto de indisciplina y debe ser sancionado, pero al mismo tiempo no actualizar sus normas aplicar la salida de todos ellos, son factores complicados de poder decir en que va a concluir”, afirmó Ajno.
Además, el representante vecinal plantea que las propuestas por el sector de los uniformados deban ser analizadas, sin suspender las sanciones de los que están sancionados por indisciplina.
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