Toda la población de un país institucionalizado y organizado repite que “la ley hace al hombre”, a todos, desde la niñez hasta la muerte, sin discriminar, sin considerar raza, posición económica, color de la piel, ni sexo.
La CPE establece que “todos somos iguales ante la ley”, que no existen privilegios, nos coloca en las mismas condiciones a los unos y a los otros. La ley crea a los partidos políticos y los habilita para que gobiernen y manejen al Estado bajo principios obligatorios que la misma ley establece; ésta es la Democracia y el pueblo se encarga de elegir a quien piensa que es el más idóneo. La ley hace a los hombres y mujeres que circunstancialmente manejan el Estado para dar funcionalidad a instituciones y estructuras jurídicas, políticas, económicas, estratégicas, pedagógicas, etc…también hace a los hombres y mujeres independientes que desarrollan sus actividades cotidianas, que trabajan dentro de las normas.
Para todos es la Ley, a todos nos encauza, nos ordena, nos dirige, nos moldea, siempre buscando la felicidad y convivencia pacífica y social. Así, la ley nos ordena socialmente aquí en Bolivia y en todo el mundo. Todos los países tienen su Constitución.
Entonces, decimos que la CPE es un “instrumento legítimo, jurídico, político, estructural y funcional, que organiza al Estado bajo principios de coyuntura. Sin ella no hay Estado organizado”, este es nuestro concepto.
Es obligación de todos recordarnos a nosotros mismos que “la autoridad es la ley”, que la ley no es el hombre; de ahí que podemos afirmar que la CPE es una autoridad suprema que para su propia soberanía y subsistencia ejerce coacción, requisito sin el cual no habría Derecho.
Es a la ley a la que respetamos y es la ley la que debe respetarnos a través del mandatario que contrató para su ejercicio temporal. De ahí que quienes detentan el cargo de servidores públicos deben cumplir lo que la ley les manda y no ser arbitrarios, porque esto lleva definitiva y fatalmente a la anarquía y corrupción, que siempre ocasiona la desobediencia civil que pone freno al desgobierno. Cualquier transgresión a la ley de parte del mandatario o de persona cualquiera se considera delito, que la misma CPE establece como tal.
Así decimos que el Presidente, como el primer mandatario del Estado, debe cumplir con lo que el art 172 de la CPE establece, o el Fiscal General y el Contralor intervienen para que se cumpla la ley estableciendo las sanciones penales y civiles que pueden ser dictadas por la Asamblea Legislativa en un juicio de responsabilidades, según el grado del delito.
Recordemos brevemente que en el país más poderoso del mundo son célebres los juicios a Richard Nixon y Bill Clinton por no cumplir la ley del mandatario; al primero lo renunciaron y el segundo se salvó porque el hecho no había estado considerado como delito.
Asimismo, el juez debe cumplir lo que la LOJ establece o el Consejo de la Judicatura interviene para que se cumpla la ley y determina su retiro, aprehensión y juzgamiento, según el delito cometido. Como también el militar debe cumplir con lo que la Ley Orgánica de las FFAA, el reglamento de faltas o interviene el Comandante con la Justicia Militar aplicándole días de arresto o más, según la gravedad del delito. Hasta al alumno que no hace sus tareas se lo sanciona, se lo aplaza y tiene que repetir el curso hasta que se someta a las directrices de la Reforma Educativa a través de su profesor.
La sanción que impone la ley a través del Estado es parte de la coacción que es legal en todo el mundo civilizado para tener institucionalidad en las estructuras y las instituciones del mismo Estado. Estas sanciones son legítimas porque en todo el mundo se las aplica a pedido del soberano mundial y del nacional por mantenerse saludables, de lo contrario ambos enferman, padecen, agonizan y mueren.
En justicia, que es “darle a cada quien lo que en derecho le corresponde”, de no tener capacidad ni poder para gobernarse por sí mismo, nuestro soberano perecerá, y, en su tumba podremos leer un epitafio justo, piadoso, recriminable y conciso: “el que quiso ser y no pudo”.
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