Waldo Silva Alfaro
Con mucho desagrado escuché, el pasado 25 de abril, la sentencia del canciller chileno Heraldo Muñoz, quien con facilidad nos condenó a continuar viviendo en condición de país prisionero en Sudamérica, en pleno Siglo XXI, cuando comunicó a la CNN que “el mar para Bolivia está CERRADO para siempre”, y peor todavía al mencionar que Bolivia “NO TIENE DERECHO a reclamar su mar”, entiéndase bien, dijo SU mar. Le pregunto al señor Muñoz: ¿Chile tiene algún documento que demuestre su derecho sobre 120 mil kilómetros cuadrados, con ciudades como Antofagasta, Mejillones, Cobija y otras, más un extenso mar de 400 kilómetros, aparte del “derecho” que dan las armas? El asalto premeditado a propiedad ajena, por la fuerza, fue el derecho de las bestias de siglos pasados.
Conviene recordar las amenazas del mercenario europeo Abraham Konig al servicio de Chile en el año 1900: “Chile ha ocupado el Litoral y se ha apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó al imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con que los Estados Unidos de N.A. han tomado a Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, la ley suprema de las naciones. (“La dominación perpetua de Bolivia”, del Dr. Juan Albarracín).
También pregunto ¿hasta cuándo la invasión y el asalto al vecino confiere derechos? Comprender que la propiedad privada se la respeta es y será por siempre un tema de difícil asimilación para muchos ciudadanos y políticos del país trasandino. De ahí su delincuencia de alto nivel que continuamente la vemos en su canal de Televisión Nacional. Ante semejante exabrupto, nuestro agente en La Haya, el Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé, con mucha altura dijo que esperemos el fallo de La Haya.
Pero el mal deseo del señor Muñoz puede cumplirse si los bolivianos continuamos siendo indisciplinados, desordenados, descuidados al extremo con el único territorio que tenemos, indiferentes ante el destino de nuestra Patria, campeones para la corrupción, sin noción exacta de lo que significa una administración pública de calidad, sin conocimiento de lo que es la buena política, afectos a la vida fácil y sin mucho esfuerzo, proclives a vivir en eterno carnaval y muchos otros vicios que contribuyen a nuestro permanente atraso. Por tanto, ¿qué debemos tener los bolivianos como temas de prioridad nacional para los próximos 50 años, teniendo en mente que Chile planea permanecer como único dueño del Pacífico sur?
Los bolivianos debemos preparar al país con inteligencia, para lo que venga en los próximos 50 años, tomando en cuenta los siguientes puntos, entre otros: 1) Mejorar la calidad de la dirigencia política, porque es la que construye o destruye países. 2) Mejorar al máximo la calidad de trabajo de la administración pública en todos sus sectores, para limitar y controlar el alto nivel actual de la corrupción pública, temas fáciles de encarar para un especialista en administración. 3) Elevar la calidad operativa de las entidades públicas en todos sus frentes.
Para concluir, debo recordar a Albert Einstein y decir que en esta parte del mundo existen dos temas infinitos, la estupidez de muchos bolivianos y la permanente ambición chilena de apropiarse de territorios bolivianos.
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