Durante los discursos que se daban en la plaza San Francisco, familiares de los militares movilizados detectaron que un joven sentado entre ellos tomaba imágenes con su celular a los suboficiales y sargentos concentrados, por lo que precedieron a preguntar por su actitud y pedir se identifique mientras trataba de huir, luego de varios intentos se constató, por medio de dos credenciales, que era miembro del Ejército.
El subteniente de Artillería, Saúl Belmonte, sentado entre las esposas y representantes de los Ponchos Rojos, de manera poco disimulada filmaba y tomaba fotografías a los suboficiales y sargentos que se mantenían en formación, mientras escuchaban el discurso de la representante de las esposas Sandra López.
De manera coincidente, López, denunciaba que se temía por la vida de las y los representantes de los suboficiales y sargentos, por lo que responsabilizó al Alto Mando Militar por su seguridad y la de sus familias.
Solo unos instantes después el grupo de mujeres exaltadas arrinconaba al inexperto subteniente que vestido de civil agredió a quienes lo retuvieron con razón, para verificar que escondía el celular con el cual había fotografiado a los uniformados y no supo explicar su presencia en el lugar.
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