“Falta de empleo ha hecho que busquemos este tipo de trabajos”

“Estoy en esto desde hace 11 años atrás, luego de haber dejado de pertenecer a una empresa que despidió a muchos de sus trabajadores y como no hay empleo en la ciudad de El Alto, tuve que dedicarme a lustrar calzados, lo que si bien no es tan rentable por lo menos me da como para vivir al día junto a mi esposa”, asegura don Vicente Quispe Nina, uno de los lustrabotas que recorre las calles alteñas en busca de clientes.

Este ciudadano, hace unos meses atrás, cumplió 67 años de edad y, por la necesidad de contar con un ingreso económico para sobrevivir junto a su esposa, parecería que todavía tiene mucha fuerza física para continuar con este trabajo en el que hace 11 años atrás se ha iniciado, luego de haber sido relocalizado de una empresa en la que cumplía funciones como chofer.

Casi imposible de disimular su cansancio por la edad que lleva encima, este personaje comentó con EL DIARIO cómo es realmente la vida que lleva, lustrando diariamente el calzado de toda persona que pasa a diario por las inmediaciones de la Alcaldía Quemada donde hace 11 años tiene su puesto de trabajo.

EL DIARIO (ED).- ¿CÓMO TE HAS INICIADO EN ESTE TRABAJO?

Vicente Quispe (VQ).- Yo trabajaba en una empresa aquí en El Alto, de chofer, pero por algunos problemas que surgieron dentro de ese trabajo varios empleados fuimos despedidos y fue desde ese entonces que la necesidad mantener a mi esposa hizo que me inicie en este trabajo al que ahora lo quiero mucho, porque si bien no me da como para ahorrar, tengo para comer junto a la pareja que me dio tres hijos varones, quienes ahora ya son mayores e hicieron su vida conformando cada uno sus hogares.

(ED).- ¿ES UN TRABAJO SACRIFICADO?

(VQ).- Bueno sí porque con lo primero que tenemos que luchar es contra las inclemencias del tiempo, porque en cada época que pasamos siempre tenemos problemas, especialmente de salud. En el caso del invierno que ya está en nuestra ciudad en el día hace mucho calor lo que hace que nuestra piel se seque y ya por las tardes comienza un frío que nos cala hasta los huesos y esas y otras cosas que en muchas de las oportunidades hacen que pasemos algunas dificultades, pero al tener en cuenta que todo trabajo tiene sus riesgos tenemos que aceptar el desafío, aunque siempre con mucho esfuerzo, poniendo en peligro nuestra salud que por la edad con que contamos somos más vulnerables.

(ED).- ¿CUÁL ES EL HORARIO DE TRABAJO QUE CUMPLES TODOS LOS DÍAS?

(VQ).- Es una responsabilidad propia, porque todo depende de cada uno si queremos ganar un poquito más, porque además si salimos más temprano ahí es donde tenemos un poquito más de dinero. Comienzo mi trabajo a las 7:00 de la mañana y también termino a la 7:00 de la noche.

A pesar de que vivo lejos debo salir un poco más temprano, porque el tiempo que utilizo para llegar hasta La Ceja es aproximadamente 45 minutos, pero como ya es mi rutina de todos los días ya me acostumbré a este trajín, aunque siempre es un problema con eso de las trancaderas.

(ED).- ¿CUÁNTOS DÍAS A LA SEMANA DESCANSAS?

(VQ).-Tengo solamente domingo para estar en casa y estar junto a mis esposa, pero ni siquiera para descansar plenamente como uno quisiera porque como estamos todo el día en la calle, ya que mi esposa también se dedica a hacer algunos negocios en las ferias, hay mucho que hacer en casa, por eso es que casi no descansamos.

Esa es mi rutina de todos los días, por eso decimos que luego de tantos años de estar con este tipo de trabajo aunque es muy esforzado uno ya está acostumbrado a pesar de lo poco que ganamos.

(ED).- ¿SIENTES QUE TUS HIJOS SE ALEJARON DE USTEDES?

(VQ).- Gracias a Dios no, porque todo tiempo que tenemos de descanso ellos saben el día y siempre nos visitan y en muchos de los casos tratan de estar más tiempo con nosotros y eso también nos da mucha tranquilidad y lo más lindo nos hacen sentir felices, porque un día nosotros hemos cuidado de ellos y creo que estamos siendo retribuidos.

Finalmente, don Vicente, recordando el día de los trabadores, les recordó a las autoridades, especialmente municipales de la urbe alteña, la promesa de la dotación de sillones para su sector, con la finalidad de mejorar la atención al cliente y sus propias comodidades.