Pese al anuncio de incremento
Los precios de los principales alimentos de la canasta familiar se mantienen estables, pero las comerciantes auguran que subirán de costo, por el cambio de clima y los incrementos salariales recientemente decretados. EL DIARIO visitó los principales centros de abasto de la ciudad paceña, donde verificó los precios y sus variaciones.
“Es una realidad que suba el precio de las verduras y de la carne por los incrementos salariales. Cada año pasa eso”, afirmó la secretaria de Beneficencia de la Federación de Comerciantes Minoristas de Villa Fátima, Yola Velásquez.
El precio de las verduras puede variar de un mercado a otro, entre uno a dos bolivianos. Las gremialistas afirman que esta variación, principalmente, se debe al cambio de temperada o estación. En invierno los alimentos están más caros, por lo que prevén que en junio y julio aumente de precio hasta en un 50 por ciento.
Dominga Sirpa de Choque se dedica a la venta de verduras desde hace 28 años en el mercado Rodríguez y durante ese tiempo presenció la diferencia de costos, según la estación. Los alimentos que variarán de costo por el frío serán: la cebolla, pepino, papa, tomate y otros.
Para la secretaria general de la Federación de Comerciantes Minoristas de Villa Fátima, Silvia Calle, no es novedad que aumente el precio de los alimentos, pero esto no se debe a los incrementos salariales, sino al cambio climático y a la baja producción agrícola, porque los campesinos prefieren migrar a las ciudades antes que dedicarse al cultivo de alimentos, explicó.
Pese a esta situación, las amas de casa siguen comprando. “Los precios están accesibles aunque siempre hay variaciones en las verduras, la papa y la carne”, señaló Jhonny Cáceres, mientras acompañaba a su esposa en las compras en el mercado Rodríguez.
El kilo de carne subió desde febrero a raíz de las inundaciones en el oriente boliviano, principalmente en Beni. Las carniceras se vieron en la obligación de subir uno a dos bolivianos el kilo de este producto, dependiendo del corte, y desde entonces se mantienen los costos. Aunque no descartan que dentro de unas semanas nuevamente haya variaciones en los precios, debido a los aumentos salariales, ya que los distribuidores, mataderos y friales tienen que aumentar los sueldos de su personal.
Las carniceras generalmente se proveen de carne de los distribuidores de Santa Cruz, Beni y el altiplano boliviano. “La carne del oriente subió entre Bs 2 a 2.50 el kilo, debido a las inundaciones, mientras que del altiplano se mantiene el precio”, dijo.
Gregoria Uriarte, carnicera en Villa Fátima, explicó las diferencias entre la carne del oriente y del altiplano. La primera tiene un color rojizo, mientras que la segunda tiene un matiz más claro, aunque ambas son agradables. Son pocos los clientes que reconocen el origen o procedencia de una carne y otra.
Alicia Soria, comerciante de carne en el mercado Rodríguez, está segura que dentro de un mes subirá el costo de la carne por los efectos de las inundaciones en el Beni; además, los incrementos salariales serán una excusa para aumentar el costo de todas las verduras, la comida, la ropa y otros artículos.
Respecto a la carne de pollo el precio se mantiene relativo, aunque puede variar dependiendo a la zona y el mercado. El frial EDP de Villa Fátima vende el kilo de pollo entero a Bs 12.40, en Imba está a Bs 11.90 mientras que en los pequeños friales el kilo llega a Bs 14.
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