Los campesinos del altiplano andino, especialmente paceño, conocían una serie de fenómenos que ocurrían en diferentes momentos, ya sean estos de origen animal, vegetal y cósmico. Estas manifestaciones naturales servían de información para saber cuándo se podía sembrar, cosechar o realizar otras actividades relativas al agro. Uno de ellos es la del zorro.
Cuentan nuestros abuelos que el comportamiento del zorro juega un papel muy importante para la observación de los cambios climáticos.
Antes de que empiece la época de siembra, los campesinos tratan de escuchar el aullido de este animal. Cuando es claro, sin atorarse, se dice que será un buen año; en consecuencia procuran sembrar la mayor cantidad de semilla. En cambio, cuando al final del aullido hay sonidos distorsionados, como que se está atorando, entonces se dice que será año de sequía; por tal razón no se siembra en gran cantidad, sino lo necesario.
Cuando grita en el mes de agosto es señal de buen año, habrá buena cosecha. Su aullido también es analizado para relacionarlo con las predicciones de las fechas de siembra más apropiadas (temprana, intermedia o tardía) y en la zona de producción; es decir, dónde la cosecha será buena, en pampa o en la ladera; o si es más conveniente sembrar en este año, por la abundancia o ausencia de lluvias.
También se suele observar el excremento del zorro; cuando tiene restos de “chuño” (papa deshidratada), quinua, cebada o papa, es indicador que el año será bueno para todos los cultivos; pero cuando encuentran solamente cebada, entonces, ese año será bueno sólo para ese cultivo.
Fuente: Entrevista al sabio originario de la Provincia Pacajes: Don Eulogio Condori
María Isabel Ramos Flores - Artes Plásticas y Visuales - 2º Año
ESFMTHEA EL ALTO.
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