El color de los días

Hay días, ¡ay…!

Días en que se nos apagan

Las lámparas de las horas,

y quedamosen tinieblas,

Sintiendo cómo todas nuestras

vísceras también se

oscurecen; Y entonces,

No podemos avisorar ningún camino,

Porque todas las vías que recorremos

Parten del corazón.

Hay días, ¡ay…!

En que el maderamen de nuestra esperanza

Se desmorona poco a poco,

Astillado por los golpes del dolor,

Y quedamos despoblados

Del felíz futuro que esperábamos

Con tanta ansiedad.

Mas, también hay días

En los que sentimos el dulce soplo

Salido de la médula misma del amor

Que llega a nuestras vidas

Junto a los latidos de los tiernos segundos,

Y nosbrigan con el ropaje de la paz;

Entonces sabemos que una mano invisible

Nos sostiene sobre el abismo

Y nos conduce a los prados de hierba viva

Con los que nos alimentaremos de ahí en adelante.

En ese instante recobramos las fuerzas

para seguir peregrinando

Por la ruta que debemos recorrer.