Brasilia.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reiteró ayer que Brasil es “un país democrático” y que su Gobierno garantizará el derecho a la “protesta pacífica” durante el Mundial de fútbol, que comenzará el próximo 12 de junio.
“Si las personas quieren protestar, pueden hacerlo perfectamente, pero democracia no significa vandalismo ni perjuicios para el resto de la población”, declaró Rousseff durante una visita a las obras del trasvase del río San Francisco, uno de los principales del país, informó Efe.
La jefa de Estado aludió así a las manifestaciones que diversos movimientos sociales se proponen convocar durante el Mundial para protestar contra el elevado gasto público en el evento de la FIFA y exigir mayores inversiones en salud, educación y transporte, entre otras áreas sociales.