Los Ángeles.- las personas que llevan una vida sedentaria tiene menos posibilidades de desarrollar las funciones cerebrales en la edad adulta, en tanto quien tiene una vida activa desde el punto de vista físico y mental está menos sujeto a la pérdida de la memoria y de la capacidad de aprendizaje.
Dos estudios independientes publicados en al revista Nature Neuroscience descubrieron que la actividad física y el ejercicio mental esti-mulan la producción de neuronas y prolongan la vida de las ya existentes. La producción de nuevas neuronas ocurre en el hipocampo, la parte del cerebro que controla la memoria.
Este es un descubrimiento fascinante, por-que el hipocampo tiene un papel determinante en la capacidad de memorizar nuevos hechos, dijo el neurólogo Neal Cohen, de la Universi-dad de Illinois.
Es claro que el cerebro adulto sigue crecien-do y modificando su estructura, contrariamente a lo que siempre se creyó.
Un grupo de investigadores del Salk Institute of Biological Studies de La Jolla descubrió que los cobayos adultos habituados a correr produ-cen el doble de la cantidad de neuronas que tienen los sedentarios. Además, el ejercicio físico hace afluir más oxígeno al cerebro.
Otro grupo de investigadores de la Universi-dad de Princeton descubrió una relación entre el ejercicio mental y la producción de las neu-ronas.
Los cobayos obligados a aprender relacio-nes espacio-temporales producen más neu-ronas que los otros y prolongan la vida de las existentes. (ANSA).
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