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Supongamos que Ud. ha sido designado para continuar la construcción de un puente estratégico en la ciudad. La ejecución ya lleva tiempo y muchos obstáculos exhiben su precariedad. El trabajo se vuelve más incierto cuando el ingeniero que diseñó la obra reconoce que hay fallas en su origen que señalan que continuarla es una temeridad. ¿Qué hará?
Las declaraciones del ex fiscal Marcelo Soza a partir de su fuga a Brasil aseguran que recibió un juego de cartas marcadas cuando le asignaron la investigación del asalto y muerte de tres ciudadanos “en un acto de fuerza innecesaria… no entiendo por qué se procedió con tanta violencia”.
Jurídicamente, el caso que el ex fiscal asumió fue sustentado en un episodio anunciado antes de que ocurriera: el ataque sin daños personales contra la residencia del Cardenal Primado Julio Terrazas. La denuncia fue activada en La Paz, el 14 de abril de 2009, y el acto tuvo lugar a 600 kilómetros al este, en Santa Cruz, horas después. Los estrategas “cometen un error: el de anticipar su presentación”, de acuerdo con la transcripción que hizo ANF de la declaración del ex fiscal. El hecho había sido denunciado como una premonición asombrosa en los días que siguieron al episodio, que desencadenó una secuencia que desde hace cinco años juega con el destino de decenas de acusados y presos en La Paz, Santa Cruz y Trinidad.
Como encargado de la obra, Ud. tiene varias opciones, entre ellas detener los trabajos y revisarlos prolijamente para determinar dónde están los eventuales errores. Puede que Ud. decida cancelar el plan o también que persista en los trabajos porque cree en la validez del caso, cuyo promotor original denuncia como viciado. Abogados defensores dicen que auditar el proceso sería lo mínimo que debería hacerse. En la otra esquina, el Ministerio Público ha anunciado que fortalecerá la acusación.
Ante la baraja de opciones están los jueces y fiscales que conducen el mayor juicio penal de la historia de Bolivia, presumiblemente perplejos porque cada paso que den ahora puede parecerles incierto, pues los fundamentos de los que se partió han sido desahuciados por quien los elaboró. El puente, se deduce de lo que dice el Dr. Soza, fue diseñado en base a amenazas y falsedades. El ex fiscal ha apuntado a algunos que serían culpables de planificar y de ejecutar una obra peligrosa.
Las afirmaciones del ex director de la obra traen muchas preguntas. ¿Por qué no habló antes y en cambio continuó a cargo del caso durante cuatro de los cinco años que han transcurrido desde el asalto al Hotel Las Américas? “…fui conminado a continuar la investigación…”, dijo en la declaración que escribió para la Comisión Nacional de Refugiados de Brasil.
El papel que revela el ex fiscal evoca al de Nikita Khurschev cuando denunciaba al “stalinismo” ante los sindicatos (eran los “movimientos sociales” del socialismo real) y aseguraba a su audiencia que si el jefe supremo y protector de la extinta Unión Soviética le ordenaba bailar, él bailaba, y si la orden era cantar, él también cantaba. La historia registra que cuando un obrero le preguntó por qué cantaba y bailaba sabiendo que hacía de payaso, el ex premier soviético pidió que el autor de la pregunta se identificase. La respuesta fue un silencio profundo y al cabo de unos instantes el poderoso premier dijo: “Ahí tienen por qué yo bailaba y yo cantaba…”.
El miedo puede ser sólo una parte de esta ecuación. En ella figuran otros factores que bajo un ambiente diferente serían ventilados sin mayores contratiempos. Uno de ellos es el delito de extorsión del que el ex fiscal está acusado y que él, a su vez, endilga a otras personas, en un pingpong que viene a agravar la densa bruma de dudas y sospechas, frecuentemente justificadas, que ensombrece la calidad de la justicia bajo la que vive Bolivia. En el plano ético, ¿cómo justificaría el ex fiscal sus decisiones? Y ¿qué responden las autoridades que afirmaron, nacional e internacionalmente, que en Bolivia estaba en curso una campaña terrorista con magnicidios que buscaba dividir al país luego de rendir al ejército nacional, tesis cuyo diseñador dice que era falsa?
Hay una equivocación al creer que divulgar las declaraciones del ex fiscal equivale a vocería de un separatismo entre cuyos denunciantes está el mismo ex fiscal ahora cuestionado (“…la existencia de un grupo irregular integrado por extranjeros que fueron traídos está comprobado {sic} plenamente y las acciones concretas no fueron investigadas plenamente”).
Nadie dudaría que el fiscal sí es noticia. Ha sido punto central en un proceso traumático todavía en curso. Las declaraciones del ex funcionario responden a los requisitos fundamentales que provocan el quehacer de los periodistas y periódicos. ANF y algunos medios contaron con un periodista en el lugar y recogieron declaraciones del ex fiscal. Es noticia cuando dice que algunos personajes escaparon del país, así como cuando refiere que había militares venezolanos adscritos a la Casa Militar y la Presidencia que estaban en el hotel en la madrugada del ataque (coincide con la historia contada por Mario Tádic ) y que no fueron interrogados porque quienes coordinaban la operación dijeron que estaban protegidos por la inmunidad diplomática.
La versión representa “desdecir lo que él afirmó… él fue la autoridad que había presentado una acusación, la ha sostenido… ha exigido y solicitado el procesamiento de 39 personas”, dijo el fiscal del caso, Marco Antonio Rodríguez, citado por El Deber de Santa Cruz.
Esa versión del ex fiscal coincide con gran parte de la tesis de la defensa a lo largo de estos años. El destino de las obras del puente cuyo plano él preparó debe ser resuelto en los días que vendrán.
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