El mar y el G77+China

La reunión cumbre de G77+China en Santa Cruz (14 y 15 de junio), en momentos en los que Bolivia formalizó su Memoria Marítima ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, no obstante de tratarse de dos acontecimientos independientes, no deja de guardar relación con el contexto de nuestro retorno al mar. En consecuencia, el G77 se brinda como espectacular tribuna de difusión en presencia de altos representantes de los 133 países que lo integran actualmente.

Contrariamente a tan magna oportunidad, el encargado oficial del evento, Reymi Ferreira, fue el primero en anunciar que el tema marítimo no será incluido y sólo se abarcará contenidos de interés recíproco. El presidente Evo Morales, junto al anuncio de recurrir a la justicia internacional, dijo que todas las palestras diplomáticas a las cuales asista Bolivia deben ser utilizadas para la socialización y sensibilización del dramático enclaustramiento nacional, a fin de despertar la solidaridad internacional. Instruyó inclusive que los movimientos sociales actúen en consecuencia y promuevan los mismos sentimientos con sus pares del exterior.

Hechas las advertencias del organizador oficial, como quien “calla otorga”, el Gobierno se abstuvo de reiterar el tema. Cuando el expresidente Carlos Mesa aceptó “posicionar la demanda marítima en el pleno internacional”, como gesto de buena voluntad, manifestó que el cincuentenario del G77+China “debe tener el tema marítimo como un aspecto fundamental”.

No tardaron en sumarse las voces de expertos en política internacional en sentido de que no se debe dejar de aprovechar tan vasto e importante escenario. Aunque no sea en la agenda -dijeron- se debe hacer promoción al interior del evento, para validarlo tanto en presencia de los delegados oficiales cuanto para sacar partido de los efectos publicitarios de los numerosos medios de prensa internacional asistentes, sin perjuicio de que el discurso inaugural del Primer Mandatario inicie dicha campaña.

Pese a todo este movimiento no parece despertar inquietud en medios gubernamentales, pese a sus recomendaciones iniciales. A propósito es preciso recordar que en una dimensión paralela, voces prudentes aconsejaron no politizar la demanda marítima en La Haya, ni tampoco que el G77+China sea utilizado políticamente, tanto más en año electoral. Sin embargo, de hecho, el tinglado del evento en cuanto coincide con la demanda del voto no deja de contar a favor del oficialismo, así como las conclusiones en plena preparación pondrán énfasis en el “antiimperialismo”, los derechos de la Madre Tierra, el indigenismo, la descolonización pos emancipación de América, etc., argumentos todos del Gobierno a nivel internacional.

Celebrados ya en abril y mayo dos encuentros preparatorios del principal, uno para jóvenes y universitarios de Latinoamérica y de otros países, respectivamente, y señalado otro para los días 29 y 30 próximos para Mujeres Líderes, dichas oportunidades fueron desaprovechadas para difundir el justo derecho marítimo boliviano, ante participantes con marcada influencia social en sus naciones y el olvido se repetirá con las indicadas ligerezas.