Veinticinco de Mayo y democracia

Ya van doscientos cinco años de la gesta libertadora de 1809, cuando los hombres de ese entonces lucharon denodadamente para conseguir Patria y libertad para quienes habitamos hoy este territorio llamado Bolivia. Mucha sangre y mucha tinta ha corrido por nuestra historia en nombre de esos principios, y todavía seguimos nombrándolos como valores que debemos construir hoy en día, con el esfuerzo de quienes amamos la libertad y sus frutos.

¿El tiempo, que empuja la acción de los hombres hacia adelante, nos ha hecho avanzar en la consolidación de la libertad en la vida cotidiana de hoy o, en cambio, únicamente la ha dejado atrás, como recuerdo de algo noble y valioso, conseguido por la generación de nuestros tatarabuelos? ¿Cuáles son los frutos que estamos saboreando de la siembra de la libertad, los derechos humanos, la seguridad ciudadana, etc., que buscaba esa heroica generación, sembrándola con su sangre? ¿Se ha hecho ya realidad tangible y cotidiana el ideal del “Diálogo entre Atahuallpa y Fernando séptimo en los campos Elíseos”, que dice: “(…) desaparesca la funesta noche de la usurpación y amanesca el claro y luminoso día de la livertad. Quebrantad las terribles cadenas de la esclavitud y empezado a disfrutar de los deliciosos encantos de la independencia…”? ¿Cuántas usurpaciones del poder ha tenido que sufrir nuestra Patria a lo largo de esos años?

Aún hoy en día, tenemos que lamentarnos por la usurpación de la democracia, que, en nombre de ella, se hace por parte de los políticos contemporáneos. ¿O no se usurpa la voluntad del pueblo elector cuando un gobierno subordina a los otros poderes del Estado a las decisiones del Presidente, en el afán de éste por tener en sus manos el poder total?¿ No es usurpación de la soberanía torcer la voz de los legisladores para que sean únicamente altavoces del Ejecutivo, sin respetar ni la independencia de las personas ni su derecho a pensar por sí mismas y, sobre todo, responder a sus mandantes por los actos que realizan en su nombre? ¿Que esos hechos se han producido una y cien veces por parte de otros gobiernos, no es excusa para que el actual, que nos pone al cambio como su bandera de lucha, deba cambiar en las actitudes que tanto ha criticado.

¿Y cómo vamos con el respeto a la justicia, que debería ser el arma con la que se defienda la dignidad de las personas, se equilibre el poder de los poderosos que sojuzgan a los débiles e indefensos? Creo que nada ha cambiado. Es más, jueces y fiscales están ahora más amarrados que nunca al carro del Ejecutivo, sus intereses y maniobras, para controlar a quienes se le opongan. Según ha denunciado el exfiscal Soza a los personeros del CONARE, Consejo nacional de Refugiados del Brasil, desde hace años el Gobierno mantiene a la sombra de su actividad a un “gabinete jurídico”, para controlar a las autoridades judiciales de todo nivel, y de esta manera amedrentar o, en su caso, imponer sanciones a los políticos o personas que de una u otra manera se opongan a las decisiones del Gobierno, o lo incomoden de alguna manera.

¿Las autoridades de la Audiencia de Charcas, durante la colonia, estuvieron tan sometidas a la voluntad del rey, que los abogados independentistas se vieron obligados a denunciar eso como un atropello más contra el pueblo? No, no lo hicieron. Por eso, los patriotas únicamente denunciaron el atropello de las autoridades intermedias y de los “Chapetones” contra los americanos. Hoy, doscientos años más tarde, un gobierno descolonizador tiene actitudes que no estuvieron en vigencia ni en tiempos coloniales.

¿No es ir contra la soberanía del pueblo, limitar y cambiar las circunscripciones electorales? ¿Acaso no se ve que detrás de ese manejo está el interés electoral de determinado partido? ¿Acaso no se ha pedido a los nativos que viven en las ciudades que vuelvan a sus lugares de nacimiento, en las provincias y cantones, para ser censados? ¿Y tiempo después, se nos dice que la población rural ha aumentado? Con ese “argumento” se modifica la delimitación de circunscripciones.

¿Será necesario volver a la conciencia de la generación de los hombres de 1809, para ratificar la democracia en nuestro país?