El toque de queda impuesto ayer en Tailandia tras el golpe de Estado y que estará en vigor hasta el amanecer en el país, ha comenzado sin que se cumpliese la amenaza de cortar el servicio de internet. Diez minutos antes de la hora señalada, los canales de televisión por satélite empezaron a quedarse en negro. Diez minutos después de que empezara el toque de queda, todavía circulaban vehículos por las calles de Bangkok, pero en un volumen muy inferior al habitual.
El departamento de Estado condenó ayer la asonada militar en el país asiático, que llega tras seis meses de crisis política, reclamó la restitución de un Gobierno civil que derive en la convocatoria de elecciones, y anunció una revisión de la asistencia militar y económica a Bangkok.
“Mientras valoramos nuestra larga amistad con el pueblo tailandés, este acto tendrá implicaciones negativas en la relación entre Estados Unidos y Tailandia, especialmente en la relación con el Ejército tailandés”, advirtió el secretario de Estado, John Kerry.
Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Fumio Kishida, lamentó el golpe de Estado llevado a cabo por las Fuerzas Armadas en Tailandia y subrayó que Japón “pide encarecidamente que el sistema democrático sea restaurado con prontitud”.