La verdad aunque duela
Una misión del periodista o del opinante es poner en evidencia los desafueros y errores de quienes detentan el poder. La verdadera razón del periodismo no es ensalzar al gobernante de turno, cosa distinta es que en el Estado Plurinacional boliviano, algunos medios de comunicación fungen de jefes de prensa de aquellos poderosos a los que deberían supervisar. No se trata de criticar por criticar, sino reconocer lo bueno y señalar sin contemplación lo malo.
Está comprobado que el poder, sin control de los medios, tiende a desbocarse. Lo anterior es tan cierto que el primer síntoma de una dictadura, como sucedió en nuestro Estado, fue el ataque, la persecución y por último la apropiación de medios de comunicación libres. Entre más alejados del poder y cerca del pueblo estén los medios, mayor será la independencia y el prestigio. Pero estamos en Bolivia y aquí todo es al revés.
Hecha la introducción, sugiero “respetuosamente” que los primeros mandatarios del Estado y varios de sus allegados sean sometidos a exámenes médicos, porque sus comportamientos durante los últimos años francamente rayan en la psicopatía. Juzguen ustedes:
Ambos mandatarios desatienden sus componentes humanos básicos, no tienen capacidad para tratar bondadosamente a los otros, ni para mostrar pena o arrepentimiento o vincularse de manera sentida con sus semejantes. La persona con estas características es egocéntrica, manipuladora, mentirosa y cruel.
Tales rasgos son de personas antisociales, agresivas, para quienes lo importante es sentir tensión, excitación, sin más remedio que actuar de manera impulsiva y caprichosa. Se comportan de modo absurdo, sin que parezcan obtener algo valioso de sus actos, con poco autocontrol y sin alguna meta de vida que sea “lógica”. Entonces manifiestan los siguientes excesos:
Según los gobernantes, por primera vez en su historia el pueblo vive con soberanía y dignidad. Pero en los últimos nueve años dependemos de los gobernantes de Cuba o Venezuela y lo único digno que tenemos es seguir considerándonos ciudadanos de la República de Bolivia.
Según ellos, el país ha logrado erradicar la pobreza. Pero muchas familias literalmente se están muriendo de hambre.
Según un ministro, desde que está el actual Gobierno, el país está en épocas de bonanza. Ni duda cabe, pues el Presidente tiene a su disposición aviones y automóviles de última tecnología, se comenta que son de su propiedad y que le sirven para los viajes de campaña. A pesar de tanta bonanza, no se construye ni una morgue en el territorio boliviano. Ni hablar de la salud y educación…
Según el Presidente, con el satélite hemos alcanzado el mar y el cielo. Alguien le miente, ese aparato que cuesta 300 millones de dólares se perdió en el espacio, lo demás es cuento chino.
En propaganda oficialista el primer mandatario dice: “Después de la nacionalización viene la industrialización”. Pero la industrialización es una ciencia muy ligada al capitalismo y él es anticapitalista. ¿Se referirá a la industrialización en gran escala de la cocaína?
En otra propaganda afirma: “Gracias al cambio el sol iluminará a la gente”. Los únicos iluminados son sus colaboradores, que están haciendo millonarios negocios y él se hace el desentendido, por razones obvias.
Cuando los opositores descubren corrupción en altas esferas del gobierno, “sin pruebas fehacientes”, se les responde con que deliran con ganar las próximas elecciones. Nada más sencillo para los sospechosos del palacio, que sin asco manipulan la justicia, la oficina anticorrupción, la contraloría… y mienten al declarar que siempre fueron pobres y honrados y que lo serán hasta el fin de sus días. Según el Presidente, nadie acata tanto la ley como él. Pero no se da cuenta de que la ley está en sus manos y la administra aceptando canalladas, similares al asesinato ocurrido en el hotel Las Américas de Santa Cruz, la lista es larga.
Otro adulador declaró que será el primer Presidente de un Estado que jugará futbol en un equipo profesional, además de tener sólo 54 años de edad, y la camiseta N° 10 ya no tiene espacios de publicidad de las mejores marcas mundiales. Ese jugadorazo no tendrá necesidad de entrenar y sólo jugará 10 minutos, con equipos de mucho prestigio, por esos servicios cobrará 150 dólares al mes. Siendo candidato a la Presidencia, por sus recargadas labores futbolísticas está impedido de asistir a cualquier debate preelectoral. Total, si pierde las elecciones, como añora la tierra le encantaría volver a sus terrenos en el Chapare.
Según la revista Vanity Fair dijo: “No me fío de mis ministros… no me cuentan la verdad”, “Quiero decirles con mucha altura y dignidad, que ningún ministro de Evo se robará la plata”. Si no habría descaro, no habría gobernantes.
El autor es docente universitario.
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