En este año de elecciones los “sindicalistas” están recurriendo a todo lo que esté a su alcance por lograr ser “candidatos”, ¿tienen derecho? Sí, pero no pueden -los “aristócratas obreros” que ganan entre los 15.000 hasta los 50.000 Bs/mes- defenestrar los principios del sindicalismo para oportunamente “aliarse” -en nombre de los trabajadores- con algún candidato, lo que justifica la arenga del Presidente indígena cuando afirma “ahora todos quieren ser candidatos”.
A ello se agrega un inusual procedimiento del TSE que “favorece” al Poder, ¿prueba?, el bodrio del “mapa electoral”; el otorgar a los candidatos un mes para realizar sus campañas. Este órgano no advierte a Evo Morales -que lleva meses, años en una permanente campaña-, lo que es una actitud abusiva y autoritaria. Como sea, el Poder advierte “temor”, por ello se permite cooptar “dirigentes”, por ejemplo ¿los aristócratas de la COB serán candidatos? Todo permite colegir que es así.
Una introducción: La burguesía necesita mercados para los productos que salen de sus empresas, para ello fomenta revoluciones que dan paso a un nuevo “modo de producción: el capitalismo que nace en 1789 con la Revolución Francesa como acto de liberación del poder del rey y la iglesia. Su objeto: “defender la propiedad privada”. Los burgueses querían la libertad de los servicios para poder alquilarlos “libremente”, lo que ineludiblemente genera una lucha de clases, por lo que en batalla campal y en alianza con los campesinos ganaron -sólo- la propiedad de la tierra, pero los siervos (trabajadores) nada ganaron, excepto la “libertad” de cambiar de patrón.
A esta revolución le siguió otra: la industrial, que creó las máquinas que sustituyeron la artesanía a mano, revolucionando el modo de producción, lo que consolidó dos nuevas clases sociales: la burguesía dueña de las máquinas y los trabajadores dueños de su fuerza de trabajo. Con la maquina nace un modo de producción, es decir el capitalismo y con éste el trabajador como “ciudadano libre”, cuya “libertad es venderse al patrón que le convenga”. Con la teoría de la lucha de clases -inevitable e histórica- Marx pasó a cuchillo al capitalismo. Tarde o temprano -señaló- el capitalismo dejaría paso a un nuevo sistema, mejor y justo: el socialismo.
Entonces, ¿para qué luchar por el socialismo? A esto Marx responde: 1) son los hombres los que hacen historia y no al revés, 2) La historia no hace nada y no libra lucha alguna, son los hombres los que hacen todo y 3) el capital se empuja a sí mismo a su destrucción y lo vencen sus propias contradicciones. Ello se advierte clarito en el Manifiesto Comunista: trabajadores de todos los países uníos; ¿los aristócratas de la COB entienden ello? No, si bien el sindicato es importante; la unión de varios es la semilla de un partido político, ¿el MAS es ello? No, hasta hoy la labor de los -varios sindicatos- “dirigentes” -corporativos afines al MAS- ha sido luchar para que el trabajador no se politice, no adquiera conciencia de su papel, tenerlo aborregado, acrítico y pasivo para que sea más fácil aburguesarlo.
Estos aristócratas piensan que la lucha sindical es para lograr buenos salarios y mejores prestaciones; eso -dice Marx- es un sindicalismo mal entendido. Entonces la aristocracia de la COB sólo ha “luchado” por las migajas del neoliberalismo, terminando “cómodamente” en alianza con la reacción indigenista, para terminar en una genuflexión producto de su “libertad de venderse al patrón que le convenga”.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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