Hugo Vargas Escóbar
El verde de su valle, el perfume que emana de sus maizales, la altivez de sus eucaliptos, son las primeras impresiones de las que se impregna el que viaja a Sorata.
Un camino pavimentado de lujo, pasando por el serpentear de dos ríos caudalosos como el San Cristóbal y el Coribaya, conduce al turista al edén florido, donde el caminante, mediante los guías turísticos puede admirar una variedad de atractivos turísticos, como el majestuoso nevado Illampu, el Janco Uma, la Laguna Chillala, el Mirador Iminapi, la Gruta de San Pedro, Chilata y la Laguna Glaciar, que son los mejores lugares turísticos.
La ciudad de Sorata, capital de la provincia Larecaja, tiene una población de más o menos 5 mil habitantes, se encuentra a 150 kilómetros de la ciudad de La Paz, siendo su principal atractivo su clima templado. Además quienes quieran pueden conocer la segunda sección de la provincia Larecaja, Mapiri, Guanay, la región aurífera de Tipuani, donde se explotó el oro inmisericordemente, sin que la provincia se haya beneficiado ni con un centavo. Pueden conocer Teoponte, donde existen hidrocarburos, aunque demora la perforación del pozo Lliquimuni, prevista inicialmente para fines de 2013, reprogramada para mayo del presente año. Este trabajo se ejecuta con 115 millones de dólares, es la esperanza de los larecajeños. Pero ojalá que no suceda como con el oro de Tipuani, por lo que debemos velar por las regalías que corresponden a la provincia. Pese a la existencia del oro y minerales en la región, los pueblos como Mapiri, Guanay y Conzata se hallan postergados por la falta de las regalías del oro y de los otros minerales, que se constituyen en un fuerte ingreso para el Estado, pero para nuestros pueblos nada.
Son muchas las necesidades que tienen nuestros pueblos de la provincia de Larecaja, principalmente su capital Sorata, que necesita la construcción de una Terminal de Buses, y el camino de entrada y salida a Sorata está sin pavimentar. Pero también debemos destacar los logros que felizmente se ha obtenido, como la pavimentación de su plaza, la actual construcción de la Casa de Justicia y la construcción de un moderno mercado.
De otra parte, el Estado ha financiado la construcción de un coliseo cerrado, ha amurallado con malla de alambre la colocación de pasto sintético en la cancha; sin embargo, las autoridades del Gobierno Municipal sólo se ocupan de las comunidades adyacentes.
La Organización Cultural, Cívica y Deportiva de Sorata en La Paz está empeñada en mejorar el jardín que adorna la plaza principal, orgullo de nuestros abuelos; para ello ha recurrido a recolectar fondos mediante kermeses, rifas, etc. De otra parte, se ha sugerido a las autoridades municipales que los vehículos del transporte interprovincial y los particulares que llegan a este querido terruño, no estacionen en su plaza principal. Providencialmente pueden seguir haciéndolo, pero ensanchando el lugar y construyendo un tinglado, hasta que se pueda construir una Terminal en otro sitio.
Los adoquines retirados de la Plaza se los ha trasladado a la entrada de la avenida que conduce a los colegios fiscales y a la cancha deportiva, para adoquinar esta vía. Es urgente hacer este trabajo porque los adoquines están desapareciendo, además que se debe realizar el entubado de unos 50 metros del riachuelo paralelo a esta avenida, para rellenar con tierra y ensanchar dicha entrada y aprovecharla para un área de esparcimiento.
Cuando pasen los años y existan otras autoridades, la suerte de Sorata será otra; el turismo aumentaría más si se construyera un camino bordeando el río San Cristóbal hasta el lugar del Seminario de Espada, construyendo una mediana represa para retener las aguas y formar una laguna turística. Como no hay infraestructura hotelera en Sorata, sería maravilloso construir un hotel de 5 estrellas a orillas de ese río, similar al Hotel Río Selva del camino a Coroico.
No comprendemos por qué las autoridades de Sorata no se ocupan de ejecutar alguna obra para el adelanto de este pueblo histórico. Es necesario también continuar con el camino carretero que existe, para que subiendo por Koloni se pueda llegar hasta las faldas del nevado Illampu, donde también hay una laguna y se puede construir un hotel para los turistas que desean pernoctar. Así se cumpliría el sueño de aquel políglota que fuera Emeterio Villamil de Rada, quien afirma que el paraíso terrenal es Sorata, según su ponderado libro La Lengua de Adán.
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