Maléfica

Angelina Jolie, quien funge como productora ejecutiva de esta cinta (escrita por Linda Woolverton), incluyó en el reparto a su hija biológica Vivienne Marcheline (que encarna a la princesa Aurora, de niña) y a su hija adoptiva Zahara, de origen etíope, que tiene una pequeña aparición.

Maléfica, es una película de fantasía basada en el cuento de hadas La Bella Durmiente de los Hermanos Grimm y de Charles Perrault, que narrará la historia de la princesa Aurora, pero contada desde la perspectiva de Maléfica, la bruja malvada que le lanzó el hechizo a la princesa para convertirla en la Bella Durmiente.

ARGUMENTO

Maléfica es una bellísima joven con un corazón puro y unas asombrosas alas negras. Crece en un entorno idílico, un apacible reino en el bosque, hasta que un día un ejército de invasores humanos amenaza la armonía del país. Maléfica se erige en la temible protectora de su reino, pero al final es objeto de una despiadada traición que endurecerá su corazón hasta convertirlo en piedra.

UNA BRUJA EN TODO SU ESPLENDOR

La nueva película de Disney genera expectativa. Maléfica estelarizada por Angelina Jolie, es el cuento de La bella durmiente, pero contado desde el punto de vista de la Bruja Mala, de cómo la traición convirtió su corazón puro en maldad.

Pero el look de Jolie dista de ser una “clásica” bruja, es decir “fea”. En verdad Jolie se parece a la Maléfica de la versión animada de Disney de 1959 (sin la piel verde), pero ahora en carne y hueso, metales, piedras preciosas, muchas plumas y cueros.

Para vestir a esta seductora bruja de pasarela, Disney convocó a un talentoso grupo de diseñadores de modas y accesorios para crear sus trajes, cuellos, cuernos, zapatos, anillos, pulseras, collares, broches y más para darle un look oscuro, siniestro, poderoso y elegante.

Por otro lado, el equipo de diseñadores de vestuario y accesorios, además de expertos en maquillaje, se reunieron con la actriz para entender qué quería y qué necesitaba para actuar, además porque todos los elementos (desde los anillos hasta los cuernos) debían estar conectados simbólica y visualmente, además de permitirle al mismo tiempo moverse con facilidad. Es decir, un anillo puede ser su fuente de poder, y un cuello le añade presencia.