Madres acogidas en asilos públicos son abandonadas

El 50 por ciento de las madres y mujeres que se encuentran en los asilos y refugios dependientes del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) provienen del área rural del departamento, a pesar de tener hijos ninguna fue recogida por sus familiares, manifestó la directora de esta instancia, Cristina Rojas.

"De todas las mamás que tenemos en nuestros hogares, el 50 por ciento vienen de provincias, en cuanto las acogemos nuestras trabajadoras sociales buscan a sus familiares, se trasladan hasta las diferentes localidades, pero es en vano, porque no se tiene noticias de sus hijos y quedan en el abandono", señaló Rojas.

En estos hogares se tiene un total de 60 mamás internas, en el hogar transitorio Rosaura Campos están acogidos 19 adultos mayores, de los cuales nueve son mujeres y madres de familia, que están en condición de abandono, extravío, indigencia y otros.

Asimismo, en el hogar Quevedo se brinda atención integral a 25 mujeres de la tercera edad, que también fueron abandonadas por sus familias e hijos, mientras que en el hogar Refugio Dignidad se acoge a 15 mujeres que viven con sus hijos y que llegaron al lugar por ser víctimas de violencia intrafamiliar.

En el Día de la Madre Boliviana, el Sedeges festejó a más de 60 madres víctimas de abandono y violencia intrafamiliar, que se encuentran internas en los tres centros dependientes de esta institución, como lo son el Hogar Quevedo, Hogar Rosaura Campos y el Refugio Dignidad.

“Estamos recordando el Día de la Madre, queremos hacerles un agasajo y por eso estamos celebrando con los tres hogares. Muchas ya son mayores y no han vuelto a ver a sus hijos, otras han dejado sus hogares pero no dejan de ser mamás”, dijo la autoridad.

En el lugar, la mujer más longeva es doña Alicia Tovar Loayza, quien ya tiene 108 años de edad, de sus ojos aún se desprenden el brillo de la vida y el amor por su hijo Jesús Bermúdez, a quien no ve desde hace mucho tiempo, porque se fue a trabajar a Argentina y ella al no poder soportar la muerte de su esposo, se vino sola desde Oruro.

"Tengo un hijo que está en Argentina, trabaja ahí, no sabe dónde estoy, porque he venido sola, tal vez me ha buscado, sólo quiero encontrarme con él, nada más quisiera que mi hijo me encuentre y que sepa dónde estoy para saber de él", expresó Doña Alicia, mientras aún muy lucida contaba su historia a quien se diera el tiempo de escucharla.